Ayer me puse delante de mi televisión para ver el debate entre los dos gallitos del corral. Seguí el debate más atento al twitter que a la tele porque lo que salía de la pantalla grande me deprimía y lo del móvil me divertía.
Me recordó aquellas oscuras épocas blaugranas en que teníamos que ir al Camp Nou con nuestra radio y auriculares para que el "Força Barça" de Arús y sus chistes nos hicieran soportable ver un partido de aquel lamentable equipo.
En eso están los dos candidatos: para oírlos debatir necesitas algo de humor que te impida cortarte las venas. Los "memes" sobre Manuel Campo Vidal, o sea reírte del papelón que hizo el moderador y de su parecido con el "observer" son lo único salvable del debate.
Todo fue patético: la escenografía, el presentador (su olor a naftalina invadía mi comedor), unos políticos que ya no es que no sepan debatir, cosa que ya sabíamos, es que no saben ni comportarse, ni hablar pausadamente, ni dejar una idea clara a no ser que sea a base de repetirlo. "Hablemos de Catalunya" decía el moderador en uno de los pocos momentos que superó su estado catatónico. "Hablo yo", decía Pedro Sánchez y repetía: "Rato, Rato, Rato...." !Qué gran nivel!
Hubieron varios momentos como éste.
Habían venido a hablar de su libro, no a debatir. No a hacer propuestas si no a culpar al otro de todos los males de España. Si el moderador introducía un tema pasaban tres pueblos si no les interesaba (Pedro Sánchez empezó el debate criticando a Rajoy a pesar de que se le pidió que explicara su modelo de España en un minuto) y, con ese mal endémico en los políticos, son incapaces de responder a una pregunta directa con un sí o un no.
Lo de Catalunya fue más que significativo, dedicado a todos aquellos que abogan por la tercera vía. El problema de que en Catalunya (20% del PIB) haya un 48% de independentistas se solucionó con un duelo de gallitos, una pelea a navajazos a ver quien es el mayor garante de la Unidad de España o sea, quien es el que la tiene más grande. Cero ideas, un !!! Santiago y cierra España!!! y a otro tema. Se pulieron uno de los temas estrella de la pasada y la próxima legislaura en dos minutos.
No nos engañemos, todos sabemos lo que ha pasado: el PSOE dejó un país al borde de la quiebra por la coyuntura económica ayudado por su ineptitud y sus delirios de país rico y el PP lo ha levantado gracias a un mejor momento económico mundial y cepillándose el estado del bienestar, en ambos periodos con una corrupción espectacular e inaceptable y con un paro estructural en España que es culpa de los dos partidos, que han gobernado España el 80% del tiempo en democracia (y el 100% en los últimos 30 años)
Ambos demostraron cero autocrítica. Les faltó decir que tenían infalibilidad papal y que si volvieran a gobernar repetirían todas sus acciones porque llevaban un 100% de acierto. Lo de siempre.
Pero el plato fuerte lo protagonizó Pedro Sánchez diciéndole a todo un presidente del gobierno "usted no es una persona decente". Podemos entender que se diga en la calle, en las tertulias, en los bares, ¿pero el jefe de la oposición puede decirle algo así al presidente del gobierno? Es más, como bien le respondió Rajoy, ¿si cree que es un corrupto y un indecente no debería haberle hecho una moción de censura? La contestación de Rajoy, tras hacerse el ofendido, me hizo gracia. Ruín, mezquino y deleznable. Eché de menos que lo llamara rompesquinas y remiendavirgos, me pone este castellano castizo.
Hay unas líneas rojas que no se pueden cruzar y se han cruzado, hace tiempo, con el insulto fácil a nuestros representantes, incluso por parte de nuestros representantes. Mas es un experto en recibir improperios de esta calaña.
Y ahí acabó el debate, porque después de insultarte, o te pegas, o mejor que cada uno se vaya por su lado.
Los análisis de la prensa de hoy me parecen esperpénticos. Solo se puede analizar desde la contemplación de un horror. Señores, este es el país que tenemos y que tendremos porque uno de estos dos "políticos" será el próximo presidente de España
¿Quién ganó el debate? Muy fácil: Rivera y Pablo Iglesias y, desde la óptica catalana, el independentismo porque es difícil querer quedarse en un país con un presidente así.... pena que lo estemos haciendo tan rematadamente mal, porque nos lo ponen en bandeja!
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