Creo que empieza a ser una tradición que escriba algo de la Diada. Este año lo hago con el cargo de conciencia de no haber ido. Estaba "fent país" de la forma habitual: trabajando.
Sin esperar al baile de cifras, a las declaraciones idiotas de la caverna y otras animaladas sin interés, la conclusión está muy clara y es la que llevo exponiendo desde la primera Diada independentista hace 4 años: este es un proceso ciudadano en el que los políticos se ponen delante de las personas, del pueblo, pero que en el fondo van detrás.
Fue el éxito de "La Diada" del 2012 la que obligó a Mas a dar un paso mas allá del famosísimo "peix al cova" de CIU que ya estaba claro que no llevaba a ningún lado desde pocos días antes (del concierto nada de nada en esa famosa reunión Mas-Rajoy rollo "podemos hablar de todo pero no hay nada de que hablar").
Así que Mas-CIU se vieron empujados hacia el independentismo y hacia allí fueron. Bien jugado Rajoy (y no es cinismo porque un enemigo como Catalunya son votos para el PP)
Lo mejor "del procés" es la movilización ciudadana que se mantiene porque no se puede decir que las cosas se están haciendo bien aquí y lo de España es para echarse a llorar si la idea es mantener la sacrosanta Unidad de España de una forma diferente que no sea a cañonazos, y no se si lo digo de forma literal o metafórica.
Ninguno de los partidos catalanes están apostando por la unidad que merecen las personas que salen a la calle año tras año, para reclamar la independencia, sin desanimarse a pesar de todo. No hay una representación decente y percibimos las guerras internas entre partidos independentistas se perciben como un problema mucho mayor que el rival (que no enemigo) que es el Estado Español.
Pero salen (salimos) a la calle para decir que nadie está cansado del sueño, que igual sí estamos un poco hartos de tanta tontería, tanta discusión entre los que pensamos lo mismo en lo importante, pero que nadie se va a bajar del carro al que nos ha costado tanto poder subirnos.
PD: gran artículo de Ada Colau ayer en el País excepto que olvida esa premisa vital que es que lo que más se parece a un español de derechas es un español de izquierdas. Si Pedro Sánchez dijera sí al derecho a decidir sería presidente en un mes. Pero no le dejan sus mayores.
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