Ayer se jugó la final de la Copa del rey, la cuarta ganada de forma consecutiva del Barça y la de la despedida de Iniesta. Pero la noticia no es esa. La novedad mundial es que el diablo ya tiene su número (666), olor (azufre) y por fin, color: el amarillo.
Recapitulemos un poco. Como les gusta decir a todos mis amigos unionistas con los que discuto de política (aquellos con los que se puede disentir de forma inteligente, no los que te sueltan lo de "mira que pone en tu DNI") las leyes son interpretables.
El supuesto Estado de Derecho en el que vivimos está sufriendo de forma lamentable que "la justicia sea interpretable" dejando un reguero de sentencias absolutamente impresentables. Los sofismos utilizados para justificar la violencia (sic) en el "procés" y meter a "los Jordis" en chirona son increíbles. Giros dilécticos para que un juez diga que eso, para él, es violencia. Como si dijera a una violada que llevaba tejanos ajustados que iba provocando. Claro que si guapi.
En la misma línea se castiga (o aterroriza a la población con la amenaza de castigar) con penas mastodónticas actitudes que solo debían comportar (como mucho) multas o sentencias menores de prisión. Hablo de las decenas de años pedidas para la agresión de Alsasua (que entre irse de rositas y 40 años hay un mundo), la multa para el chico de la corona de espinas y decenas de casos que leemos cada día.
Así, con unos jueces partidistas interpretando la ley como aplicaría yo el reglamento en un Barça-Madrid, llegamos a la final de Copa del Rey
Cuando se acerca el partido nos dicen que se puede suspender si hay pitidos al himno o a su Majestad Imperial, leemos tweets de las cuentas oficiales de la GC diciendo que nos portemos bien, que repasemos las leyes con detalle no sea que nos vayan a detener y varias barabaridades más... todo con un tufillo a NODO impensable hace unos años.
¿El Tribunal de Estrasburgo autoriza a quemar fotos del Rey dentro de la libertad de expresión pero no se le puede pitar? Raro, raro... Españistán en estado puro.
Y como lo de silbar al himno o que nos requisen las "estelades" con una legitimidad más que dudosa (para retirarlas han de ser ilegales, que no lo son, o símbolos políticos que inciten a la violencia) ya está superado (sí, así son los estados sin libertades, que cada vez vas aceptando como normales más cosas inaceptables) vamos un paso más allá.
Os dejo un post de derecho sobre el tema para quien esté interesado, que tampoco es el motivo del mío.
Resulta que ahora han encontrado el color del diablo: el amarillo. Sí. El amarillo llevado por los aficionados del Barça.
Ayer obligaron a quitarse camisetas amarillas a los seguidores del Barça. Retiran las que se veían y las que iban debajo de otras, las que ponían una leyenda que se puede entender como "política" y las que eran de amarillo inmaculado. Camisetas, pañuelos y bufandas. Con los calzoncillos no se atrevieron.
En un ejercicio de aceptar lo inaceptable vamos a comernos el sapo de que las que llevaban lemas "políticos", por ejemplo "Llibertat presos polítics" sean retiradas. Venga, no se molesten el monarca, Zoido u otras personas de bien con nuestras cosillas.
Pero es que retiran las que son lisas y las bufandas amarillas. El color amarillo está prohibido. Son del color del diablo, de Bellcebú, de Satanás, del demonio, en una palabra: del independentismo.
Acojonante. Dictatorial. Antidemocrático. En una palabra, totalitario.
Luego sale el cuarteto arbitral con ese color y echan confeti amarilo o que te lleva a la conclusión de que además de antidemocráticos no dan para más.
A mi me dejan ir vestido así... |
No creo que los aficionados del Sevilla con algo amarillo que ya sabemos que no lo harían jamás, que da mala suerte.
Ya ni hablamos de que nuestro querido monarca, el Rey de todos y cada uno de los españoles, haya llevado una corbata con los colores del Sevilla. Pecata minuta. Con la que cae, no viene de aquí....