En abril cultura inquieta organizó un concurso de microrrelatos.
2200 carácteres (con espacios) para explicar una historia. Pocos pero suficientes. Es la primera vez que participo en algo parecido... a ver cómo acaba el tema (aix que nervios!!!)
Dos historias de signo contrario, una de desamor y otra de ilusión por una nueva relación.
Os las dejo aquí, ¡que alguno andaba preocupado/a por si había perdido la fe en el amor mientras que otros pensaban que sonaban campanas boda en breve! Supongo que he de mejorar como colgar cosas en insta..
Un año de perro.
Se acercaba nuestro primer aniversario. Un año desde el día en que la acompañé al portal de su casa y la besé. La prioridad del día era decidir su regalo pero me sorprendí pensando que parecía que había transcurrido una eternidad desde ese beso.
El tiempo no es lineal. Una hora se puede moldear, variando su duración desde un suspiro hasta una eternidad. Qué decir de un año, periodo que partimos en trescientas sesenta y cinco fracciones, en las que puede pasar desde una gran nada hasta un perfecto o terrible todo. Nuestro álbum puede mostrar solo cumpleaños, una playa y unas mesas con marisco en Navidad o, por el contrario, dejar constancia de un torbellino de acontecimientos: primeras citas, besos y viajes. Más carcajadas que lágrimas. Ni los malos momentos ni los más importantes e íntimos suelen inmortalizarse ni deben hacerse presentes en Instagram.
Un año de perro es un extraño concepto que Gala me enseñó: un año vivido intensamente cuenta como siete, haciendo el equivalente de la esperanza de vida entre mascotas y dueños. Esta variabilidad nos ayuda a conocer a las personas, algo que solo conseguimos en las dificultades y cambios. Cuando los problemas nos ponen en aprietos, cuando la vida nos pone al límite de nuestra resistencia sale a la luz nuestro verdadero yo y el de las personas que nos rodean.
Un compañero para irte de cena y tener sexo un fin de semana en Formentera, tras día de playa y comida en Es Molí de Sal no es difícil de encontrar. Conocer a alguien con quien superar un año de paro en el que todo te sale mal y solo quieres estar estirado en la cama, y ver series, es, por el contrario, un tesoro que pocas personas encuentran.
Mi año junto a Gala había sido de perro. La repentina muerte de mi mejor amigo y unos meses en el paro de Gala fue como la vida nos puso a prueba. Y la habíamos pasado con nota. Superar juntos dificultades creó amor de muchos quilates, sin impurezas ni artefactos. Una unión de las que perduran, de las de hasta que la muerte nos separe. Apuré el café y me centré en el regalo, convencido de que tras esos «siete» años de relación la única opción válida era un anillo de pedida.
@culturainquieta @iberdrola #relatoexprés2025
Cinco
Cinco. Ni una más ni una menos. Cinco. Esas son las veces exactas que un hombre puede caer enamorado y levantarse, las que uno puede dejar que su corazón se rompa sabiendo que renacerá, que volverá a amar. Lo supe la tercera vez, y desde ese día ya han pasado dos más…
Elena no fue solo el quinto fracaso, fue el último. El final. Mi final. Las lágrimas que vertí (sonoras, abundantes, excesivas) no fueron solo por ella. Lloré por esas cinco mujeres a las que me entregué pero, sobre todo, por las cientos que ya nunca llegaría a conocer, a las que no dejaría acercarse a intentar enjugar mi tristeza.
Tatuó Elena una quinta cicatriz que multiplicó la fealdad de las anteriores, que me impide esconder mis defectos y mi cansancio ni una sola vez más. Sobre todo el cansancio… ese peso terrible que se sienta en mi mirada, cada día más vieja, cada abrir de ojos más alejada de la frescura y levedad de la primera vez. Una primera vez que, por desgracia, sigo recordando con la falsa nitidez de lo perfecto. Su marcha, de la que no puedo culparla, dejó al descubierto un alma tan aterradoramente hastiada que lo humano es no volver a enseñarla.
Me quedan años de una existencia que ya nunca tendrá el mínimo sentido. Una vida sin amor es un atardecer nublado, frío y ventoso en el que nadie te abraza. ¿Para qué planear un fin de semana si no habrá una mano que te guíe por una nueva ciudad?
Podéis llamarle rendición. O cobardía. O la sabiduría que la edad y la experiencia otorga. Mis sentimientos tienen tantos nombres como el diablo y tantas caras como la mentira.
Aceptado mi gris futuro solo un miedo me queda, que, al acabar la noche y las lágrimas, cuando llegue de forma tozuda y premeditada un nuevo día, cálido y soleado, una nueva mujer, bella, simpática y divertida, llame a mi puerta. Quizás ese día ya no recuerde que no puedo ofrecer más que dolor, rencor y fealdad, y comparta mi desgracia con una mujer que estará desperdiciando su quinta oportunidad.
@culturainquieta @iberdrola #relatoexprés2025