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viernes, 20 de noviembre de 2015

NO todos los muertos son iguales.

Tras la tragedia de París el mundo entero se ha vuelto filósofo, con la frase "todos los muertos son iguales" a la cabeza,  y experto en la Yihad, Seguridad Nacional  y lucha antiterrorista. 


Pray for París

No pienso entrar en ninguno de estos temas porque no tengo ni idea de lo que hay que hacer para frenar la Yihad ni para disminuir el número de atentados ni nada por el estilo. No conozco las causas que lo han desencadenado. Solo sé lo que he leído en los periódicos así que no tengo nada que aportar. 

Estos días me ha llamado la atención una contra-corriente a las muestras de solidaridad/postureo que nos han invadido que nos tildaba casi de inhumanos por "sobrecogernos" con los muertos de  París pero no ante los de Siria o cualquier otro lejano lugar del mundo.

El título del post es "una provocación" porque, evidentemente, todas las vidas humanas son igual de importantes y todas las muertes igual de dramáticas si utilizamos el pensamiento abstracto, pero si bajamos a la arena, a la vida real, nos encontramos que desde nuestra percepción como individuos no existen dos vidas igual de valiosas y por tanto no existen dos muertes que sean igual de dolorosas para cada uno de nosotros.

Empezaré con un ejemplo extremo: un asesino entra en un banco y coge 20 rehenes, entre ellos a ti a tu hijo. La cosa se tuerce y el secuestrador decide matar a un rehén y te da a elegir: tu hijo o una venerable abuela. Tardas medio segundo en decidirte: la abuela. Y si son tu hijo y otro niño de la misma edad tardas 5 segundos: el que no es tu hijo. Y eso es así porque esas dos vidas no son iguales para ti. La vida de tu hijo es más valiosa que la de cualquier otro ser del mundo y, además, es bueno que eso sea así, es una forma de perpetuar la especie. 

Sé que es un ejemplo extremo, pero a partir de aquí podemos ampliar el foco, irnos alejando de cercano a lejano. Tu pareja, un primo, un amigo o un compañero de trabajo tienen una vida más valiosa (siempre para ti) que cualquier desconocido.

¿Qué ha pasado con los muertos de París? Pues que son "de los nuestros", viven en una ciudad que la mayoría de nosotros ha visitado al menos una vez, van vestidos como nuestros amigos o nuestro hijos y fueron asesinados en sitios como los que nosotros frecuentamos. Todos hemos ido a una fiesta en un local como el Bataclan. Así que me parece normal que su muerte la sintamos más cercana, más nuestra y, por tanto, nos duela más. Si vives en Madrid, Londres o NY tus dramas del pasado, tan similares, se reviven con estas imágenes.

Pero es que nunca hemos enfocado dos muertes de la misma forma aunque ambos sean "de los nuestros". Los muertes de los personajes famosos, sea en el contexto que sea, son más "sentidas" que las de un personaje anónimo: un deportista como Fernando Martín en accidente de tráfico, un  activista asesinado como Marthin Luther, un suicidio como el de Amy Whinehouse... Todos tienen más repercusión que el de cualquier personaje anónimo que fallece en un hospital. 

Es más difícil de entender, como me explicaba una amiga colombiana,  que en países en que la muerte es una constante, en que la violencia en la calle es el día a día, se lloren más a los muertos de París que los propios. Estoy de acuerdo. Aquí entra el postureo y el seguidismo a las iniciativas de las redes sociales que es una lacra de la sociedad. 
Pray for Colombia



Dos muertos siempre son iguales desde el punto de vista filosófico, pero su muerte nos pude afectar de formas radicalmente diferente. No creo que sea criticable. 



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