Julia. Una nueva visión sobre el universo de Orwell.
Siempre que alguien me pregunta sobre mis tres libros favoritos, elección ardua y complicada donde las haya, menciono 1984. No sé, siendo franco, si elijo el libro como tal o como representación de una serie de libros distópicos y de ciencia ficción que me cautivaron en mi juventud: los de Asimov, en especial la serie de las fundaciones, Un mundo feliz o Farenheit 451.
Cuando vi en Farenheit 451 (la librería del Born del mismo nombre que el libro, que aprovecho para recomendar) Julia, una nueva versión sobre 1984, la ilusión se mezcló con el miedo: la misma ilusión y el mismo miedo que debieron sentir los que idolatraban El padrino cuando salió El padrino 2.
Julia trata la misma historia (con alguna licencia) del original de Orwell pero narrado desde el punto de vista de la protagonista y no del de Winston Smith. Una aproximación al libro que me pareció muy original e interesante pero chocaba con el pánico de que, en esta época de excesos que vivimos, Sandra Newman hubiera hecho el típico alegato falso-feminista (que el feminismo es otra cosa) de mujeres buenas y hombres malos.
En absoluto. Leer Julia es descubrir nuevamente todo el universo del Gran Hermano, pero contado por otro narrador, con otra sensibilidad, con otro punto de vista, un camino muy interesante y que no me extrañaría que se explorarse en otros clásicos.
Dicen que cada historia tiene tantas formas de contarse como protagonistas hayan. Seguro. Si me permitís una recomendación extraña, os dejo una película de dibujos, La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja. Muy curiosa.
Muy bien ambientado, con prosa ágil, la historia funciona de forma fluida, transportándote al angustioso mundo de Oceanía y Eurasia, de las telepantallas en todos los rincones de casa, del poder del partido y la sociedad por encima del individuo, de la neolengua y de las intrigas para que todo el mundo confiese los crímenes de acto o de pensamiento que todos cometemos, a docenas, cada día, y para que todos acusemos a nuestros amigos, padres y madres o amantes.
Evidentemente, el libro no puede (es imposible) tener ni la originalidad ni ser tan profético como el de Orwell, que ya en el año 1948 adivinó ciertas cosas, en especial lo de las telepantallas y el control constante al que nos vemos sometidos por cámaras y dispositivos móviles.
Uno de los deberes que me autoimpongo para tener aún una opinión más justa del libro será leer de nuevo el 1984 de Orwell, para confirmar que lo que he leído en las críticas al libro coinciden con la mía: Julia respeta el espíritu del original pero con sus peculiaridades Destacaría el diferente enfoque en la relación Winston-Juliam, que en 1984 es mucho más central por encima de las demás, pero también que Julia muestra un estado totalitario más frágil que el de Orwell y explora con mayor profundidad la sexualidad y la búsqueda de la belleza como forma de escapar de la gris uniformidad.
En resumen, creo que es imprescindible para todo aquel al que le gustara 1984 que lo lea: está bien escrito, respeta la filosofía y el ambiente de 1984 sin caer en tonterías que lo ensucian todo.
Os dejo el enlace por si lo queréis leer!!! Julia
Por cierto, ¿alguien ha leído Un mundo sin hombres de la misma autora? ¿Lo recomendáis?