Estos días es máxima actualidad un nuevo timo de la estampita: los padres de una niña (supuestamente) enferma de una enfermedad rara rarísima ganando un pastón a costa de su hija y de miles de primos repartidos por toda España.
La verdad es que sé muy poco de timos: conozco básicamente lo que he visto en las películas americanas, rodeado de sofisticación, con un timador muy listo y elegante rollo Newman-Redford en "El golpe", casi como un arte, aunque el timo fue una forma de vida en la España en blanco y negro, versión lazarillo-picaresca. La de los padres de Nadia está a medio camino porque entre Newman-Redford y el padre hay más de 10 diferencias
Una de las cosas que he aprendido es que para que se produzca un timo hacen falta dos actores: el timador y el primo
En el caso de Nadia los primos han sido un gran número de españoles: personas corrientes (eso que se conoce como el pueblo llano) entidades y hasta deportistas de élite. Un gran número de variopintos primos con buena voluntad
Los padres han recurrido a lo que habitualmente nos provoca más la lagrimita floja: un niño enfermo. Se añadimos a esto una enfermedad rara (¿tricodistrofia?, ¿tricotiodistrofia?) que ni buscándola en Internet me aclaro de que es ya tenemos el cuadro completo.
Añadamos a esto nuestra habitual desconfianza en el sistema de salud español a pesar de que en todas las listas la sanidad española sale entre las primeras del mundo. Ayudar a Nadia era ayudar a una niña enferma y, a la vez, cagarnos en la madre del gobierno español que no hace nada por salvar a sus ciudadanos. Ni a los niños.
Porque esto está en el ADN tanto catalán como español: el pensar que somos mejores que el gobierno que habitualmente nos está pagando (con nuestros impuestos claro) todos los tratamientos para cualquiera de nuestras enfermedades, muchas veces terriblemente caros y de dudosa utilidad. Eso pda para otro post, cuando el gobierno debería decir que no.
Si no nos gusta lo que nos dice el gobierno en forma de médico del sistema público de salud nos podemos pasar a la homeopatía, a la acupuntura o a cualquier otra terapia alternativa, cuanto mas cara y experimental mejor. No nos quejaremos del precio de mirar cristales de colores pero, eso sí, pondremos el grito en el cielo por pagar un 30% de la amoxicilina.
Si el tratamiento no existe entonces podemos decir que el gobierno no se gasta el dinero investigando y recurriremos a Santeros que pagaremos o de nuestro bolsillo o con donaciones de pobres infelices que creen que están haciendo un bien a alguien.
En las redes sociales es habitual la presencia de fotos de niños enfermos con sus correspondientes padres que piden dinero para una intervención o para un tratamiento. Mucha gente se apiada de ellos y nadie se pregunta si son ciertas las informaciones o si los tratamientos están bien establecidos porque ya tenemos la respuesta: todo es verdad y la culpa es del gobierno que son muy malos y no quieren atender a sus ciudadanos. Malvados.
La estupidez sanitaria de la ciudadanía no tiene límites (frase fuerte del post, uala lo que ha dicho!!!!!) y mientras consideramos a Obama casi un santo por el Obama Care que no le llega ni a la suela de los zapatos a nuestra Seguridad Social seguimos rajando porque nos dan un genérico y "a mi no me hace el mismo efecto", exigiendo el fármaco de marca o una radiografía de tórax porque tengo una neumonía sin fiebre (porque yo nunca tengo fiebre) y, eso siempre hay que decirlo, pago mis impuestos (aunque cobres siempre que puedas en negro). Eso es nuestro snobismo sanitario.
Así que, yo que también soy un malvado, me alegro mucho del caso Nadia: dos chorizos (presuntos) a la cárcel y un montón de primos más pobres por desconfiar (nivel Dios) de la sanidad pública. Que se lo piensen la próxima vez.
Pd: con un poco se suerte ni está enferma la niña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario