Seguidores

viernes, 30 de septiembre de 2016

Los abrazos

Este post es cursi, muy cursi, cursi hasta decir basta. Hay días que uno se levanta cursi, semanas en que tiene esas vivencias extrañas que parecen sacadas de libros de Coelho y que va y resulta que le gustan, meses en los que empiezas a valorar algún gesto al que hasta hace poco no le habías prestado mayor atención. Y todo esto me ha pasado en los últimos tres años con un gesto al que no daba demasiada importancia: el abrazo


Lo primero que quiero hacer, antes de que lo haga Sergio, es dedicarme este meme de Spiderman. 



Ya puedo seguir.

Lo segundo es, ya sabéis que es un clásico en mis post, definir lo que es un abrazo, vía RAE, que sentencia "estrechar entre los brazos"  demostrando que no tiene corazón, tan aséptica ella, tan falta de sentimiento, de poesía, de pasión.

Un abrazo es un abrazo (perogrullada) pero no todos los abrazos son iguales: el de dos amigos que hace tiempo que no se ven, el de dos futbolistas al marcar un gol, el de un padre abrazando a un hijo mientras le cuenta un cuento, todos ellos denotan diferentes formas e intensidades de amistad, de amor, de alegría, de ternura, de cariño.

Si repasamos mentalmente un día normal veremos a muchas personas besarse, dos en España, como saludo, pero pocos abrazos. O ninguno. Y conforme pasan los años nos abrazamos menos: los quinceañeros (más las quinceañeras que hacen 10 minutos que no se ven y estrujan que parece que una vuelva de una Guerra Mundial) se abrazan más que los de 20, los de 20 más que los de 30... y así sucesivamente. Los viejos no se abrazan.

El abrazo más preciado es el abrazo amoroso; un abrazo prolongado, que dura mucho tiempo, entre 15 segundos y varios minutos, intenso, fuerte, tenso, cargado de emoción, significando todo él un mudo  te quiero, mucho más valioso y más verdadero que los que se verbalizan.

Hay mucho escrito sobre la forma en que duermes con tu pareja pero es complicar lo simple: duermes (o mejor, te pones a a dormir porque uno acaba en la parte de la cama a la que se ha acostumbrado durante años) abrazado a ella o no. Que sea rollo abrazo del oso, con la clásica cucharita o con ella durmiendo sobre tu torso me parece irrelevante. 

Decía Kundera que amar a alguien es querer dormir con esa persona y yo añadiría un "abrazados"



Uno de los mejores recuerdos, siempre es difícil elegir al campeón pero éste estaría en el podio, de la relación mas complicada que he tenido tiene como actor principal los abrazos. Era una fase en la que no éramos pareja, uno de esos momentos en los que decidíamos (vamos, decidía ella, para que engañarnos) si lo volvíamos a intentar. Íbamos "poc a poc", sin prisas, sin sexo. Y nos abrazábamos. Nada más.

Eran abrazos sentidos, intensos, lentos, prolongados, con mucha carga de amor y poca (decir nula sería exagerar) carga de sexo. Al ser abrazos que no desembocan en sexo, eran más emotivos, más penetrantes, más verdaderos. No eran un preludio, no eran el medio para "llegar a", eran el fin. El objetivo no era besar a nadie, no era hacer el amor, era el seguir abrazados y el sentirse parte de un todo, ser uno en lugar de dos. 

Hace unos pocos meses tuve una situación que no sabría decir si era parecida u opuesta. Fui a cenar con una ex-pareja a la que sigo queriendo un montón (ya sabéis la manía que tengo), que estaba en horas bajas. A la cena siguieron unas copas, más de lo recomendable para conducir, y al final se quedó a dormir en mi casa. Dormimos juntos, a ratos abrazados. Sin más. Y fue muy agradable. Y no hubo el fantasma del maldito (y bendito también) sexo que en ocasiones lo ensucia  todo y hace que cuando nos abrazamos a una chica estemos más pendiente de notar sus pechos que de disfrutar. 

Fue una gran velada, mucho mejor que otras en las que hemos tenido menos abrazos y más sexo. 

Es por tanto este post una oda al abrazo, en especial al amoroso, tan difícil de encontrar. 

PD: las campañas rollo "abrazos gratis" me parecen una memez. A mi que me abrace un tío que no conozco de nada me provocaría contracturas de la tensión, no una gran paz interior.

martes, 27 de septiembre de 2016

Paella para uno.

Vuelvo de una fantástica semana de descanso en Menorca en la que he despedido el verano y recibido al otoño, que este año ha sido más veroño que nunca. Todo maravilloso menos una cosa: al ir solo no he podido tomar paella. Ya sabéis lo que rezan las cartas de todos los restaurantes del mundo mundial: "paella (min. 2 personas) "


Los singles somos, al parecer, un precioso target para todas las empresas que quieren vendernos algo dado que somos un grupo cada vez más numeroso, pero... ¡oh sorpresa! llega el verano y un single de vacaciones no puede tomarse una paella. Uno, que se interroga por las cosas más idiotas como ya sabéis, no encuentra explicación a este fenómeno, a este acto de brutal discriminación, a este ataque singléfobo. 


Tenemos el conocimiento, desde el mismo día que entramos en la edad adulta o recuperamos la situación de single, que para viajar tenemos grandes problemas si no sucumbimos a la presión social y nos "arrejuntamos" con alguien para ir en pareja, como Dios manda. 

Las habitaciones de hotel son terriblemente más caras (el doble), es imposible ponerse crema de protección solar en la espalda - ya sabéis que hay una parte central, a la altura de la columna dorso-lumbar, a la que ningún ser humano puede acceder - por lo que estamos terriblemente expuestos a todo tipo de cáncer cutáneo en esa zona (melanoma, basocelular o espinocelular) y el alquiler del coche no se paga a "escote" y sale, nuevamente, el doble de caro.



Hasta hace poco no éramos autosuficientes ni para inmortalizar nuestros viajes. Teníamos que pedir a los amables transeúntes que nos ayudaran, como si fuéramos discapacitados, pero los smartphones primero y los palos de selfie después acabaron con este drama. Por cierto, me dejé el palo en casa...



Pero, ¿cuál es el extraño motivo por el que no se hacen paellas para uno? ¿Qué justificación culinaria tiene? ¿Acaso las fábricas de paelleras son incapaces de hacer una de tamaño más reducido? ¿No hay fuegos lo suficientemente pequeños? ¿No hay paquetes de arroz con los gramos necesarios, les sobraría y creen que tirar comida es pecado? ¿Hay algún valenciano en la sala que me pueda sacar de esta duda que me consume, de esta agonía? 


Creo firmemente que es culpa de la Iglesia Católica y del PP que utilizan este sistema para que cuando te vas de vacaciones solo te sientas sucio,  incompleto, como si te hubieran amputado a tu media naranja y así, cuando vuelvas a la normalidad, corras a enamorarte y pedirle a la primera mujer con la que te cruces (y te haga caso) que se una contigo en el sacrosanto sacramento del matrimonio, para que te haga feliz, te complemente. O, simplemente, para poder tomarte una paella (para dos)

miércoles, 14 de septiembre de 2016

El despertador vibrador: despiértame otra vez.

El mundo del sexo para las mujeres está en alza. Si jugáis en bolsa comprad acciones de cualquiera de estas compañías porque su crecimiento será imparable. Su última hazaña: el despertador vibrador. Un pequeño paso para la mujer pero un gran paso para la orgasmidad.


Se trata de una idea sencilla, es raro que no hayan millones como él vendiéndose por Mercadona, Caprabo, H&M y Zara desde hace cientos de años. Como una imagen vale más que mil palabras os dejo una foto. No tiene pérdida. 


Para que funcione es imprescindible que la candidata se lo tome en serio: hay que tener un cuerpazo como el de la ilustración (¿para cuando publicidad de modelos de tallas grandes, perdón, de tallas no tan pequeñas, para este tipo de artilugios?), la lencería ha de ser roja aunque no sea fin de año y las uñas han de ir a juego. Si no el wireless no funciona que es muy suyo. 

Una vez solventado esto solo falta comprar aparatito cuando hagan más (porque se ha agotado, evidentemente) y probarlo. 

Barato, como toda la altísima tecnología, no es, cuesta unas cuantas libras. ¿Adivináis cuantas? Pues sí, 69 libras, los de marketing no se han matado. 

Misil en la cabeza para los del marketing

La suerte es que aquí llegará a 69 euros, porque en temas sexuales, 69 es igual aquí, en Inglaterra y en Corea, por lo que cada mujer que se precie podrá tener uno en casa. 

La idea es genial y todos los hombres esperamos con ansias que un equivalente en hombre se desarrolle en breve. Hoy mismo voy a lanzar una iniciativa en change.org "Dúrex: inviertan en investigación para conseguir un masturbador-despertador para hombres" porque no se nos puede discriminar. Estaría feo. 


Pero tengo mis dudas, luego existo. Que sí, que la idea es muy buena, que es mejor que a uno le despierten con un agradable masaje (ojo, 27 velocidades tiene el despertador) que con un ruido insoportable, pero no lo acabo de ver, seguramente por algo que se llama experiencia. Si fuera para hombres todos tendríamos cuatro. Pero es para féminas. 


Os pongo un ejemplo: los hombres me entenderéis y afirmaréis con la cabeza de forma cómplice y las mujeres negaréis la mayor y os indignaréis diciendo "yo no soy así!!", pero...  

Imaginemos una historia cotidiana: son las 7 de la mañana y el varón se despierta. Nota que le tira el pantalón del pijama y observa complacido, incluso orgullos, que tiene una erección matutina (trempera matinera). Se viene arriba desoyendo lo que le dice la experiencia e inicia una excursión sin ningún tipo de futuro (él aún no lo sabe) hacia las zonas pudendas de su amada, que yace plácida y angelicalemente dormida a su lado. 

¿Qué pasa en esos casos? 

Opción A: ella se gira, acomoda sus extremidades inferiores separando ligeramente sus rodillas para facilitarle el trabajo a su media naranja, dejándose llevar hasta recibir un masaje que acaba en un magnífico orgasmo con el que se inicia un nuevo día. Una vez satisfecha sexualmente puede preparar el desayuno con una estúpida sonrisa en la boca, salir corriendo al trabajo y disfrutar de una jornada sabiendo que con este inicio nada puede salir mal.



Opción B: ella gruñe... "pero qué haces!!!", quieres estarte quieto !!!! Resopla, se gira, dándonos la espalda y su respingón trasero, y ronca en menos de 30 segundos. Cuando suena el despertador (de los clásicos) 15 minutos después ella te mira con cara de "desde luego, me has estropeado mis últimos minutos de sueño" y sabes que esa noche tampoco hay mambo. Por malo. 


Os invito a votar en los comentarios Opción A ó B, hacedlo como anónimo si queréis pero dejar el sexo (me refiero a que digáis si sois hombres o mujeres) pero la B ganaría de forma humillante (hablo de matrimonios, no de parejitas de 20 años) 

Lo peor es que igual el aparato recibe mejor trato que el humano y cuando empieza a vibrar todas las ellas del mundo tienen unas ganas locas de sexo y ninguna tiene sueño. Aunque nunca he tenido miedo a ser sustituido por una máquina, al menos en este aspecto, reconozco que me sentiría molesto si mi cielo, mi cariño, la luz de mi vida, el motivo por el que respiro, que no está excesivamente cariñosa conmigo por las mañanas y no me toca ni con un palo, se despierta orgasmáticamente a mi lado por un trasto que parece sacado de un bazar. ¡Justicia! ¡Venganza! ¡A la hoguera! (el aparato, clarifiquemos que aún me caerá una demanda por apología de la violencia de género...) 

Supongo que le acabaría cogiendo cariño (ella al aparato) y le pondría algún nombre hortera, como hacen muchas con sus consoladores (Gray, Manolo, Goodmorning, Despiertameotravez, Orgasmodemivida) con lo que la sensación de ser engañado sería enorme. 

Se acercan oleadas de divorcios al grito de "esta cama es muy grande para los tres


Así que el target de la compradora sería una mujer soltera, con cuerpazo, ropa interior roja y uñas a juego: no hay tantas.... 

Pero es que, además de que no tengo claro que las chicas quieran despertarse orgasmáticamente cada día y que las parejas acepten de buen grado ese agravio comparativo, me quedan algunas dudas más, todas ellas de gran calado.

  • ¿ La excusa para llegar tarde al trabajo será "me ha sonado el despertador"? 
  • ¿ Se podrá apagar con el boton de "snooze", ya sabéis, el de 5 minutos más? 
  • ¿ Podrá llevarse al congreso para que se despierten a las congresistas si se duermen en un pleno?
  • ¿ Si les toca guardia las doctoras se lo llevan? 
  • ¿ Harán kits con el baby-ipod vaginal? 

Pues nada, a esperar las encuestas de satisfacción de las usuarias. Seguiremos el tema con el interés que merece y esperaremos el equivalente para los hombres. Si no es Dúrex, que se meta Axe





domingo, 11 de septiembre de 2016

La Diada 2016.

Creo que empieza a ser una tradición que escriba algo de la Diada.  Este año lo hago con el cargo de conciencia de no haber ido. Estaba "fent país" de la forma habitual: trabajando. 


Sin esperar al baile de cifras, a las declaraciones idiotas de la caverna y otras animaladas sin interés, la conclusión está muy clara y es la que llevo exponiendo desde la primera Diada independentista hace 4 años: este es un proceso ciudadano en el que los políticos se ponen delante de las personas, del pueblo, pero que en el fondo van detrás. 

Fue el éxito de "La Diada" del 2012 la que obligó a Mas a dar un paso mas allá del famosísimo "peix al cova" de CIU que ya estaba claro que no llevaba a ningún lado desde pocos días antes (del concierto nada de nada en esa famosa reunión Mas-Rajoy rollo "podemos hablar de todo pero no hay nada de que hablar"). 

Así que Mas-CIU se vieron empujados hacia el independentismo y hacia allí fueron. Bien jugado Rajoy (y no es cinismo porque un enemigo como Catalunya son votos para el PP) 


Lo mejor "del procés" es la movilización ciudadana que se mantiene porque no se puede decir que las cosas se están haciendo bien aquí y lo de España es para echarse a llorar si la idea es mantener la sacrosanta Unidad de España de una forma diferente que no sea a cañonazos, y no se si lo digo de forma literal o metafórica. 




Ninguno de los partidos catalanes están apostando por la unidad que merecen las personas que salen a la calle año tras año, para reclamar la independencia, sin desanimarse a pesar de todo. No hay una representación decente y percibimos las guerras internas entre partidos independentistas se perciben como un problema mucho mayor que el rival (que no enemigo) que es el Estado Español. 

Pero salen (salimos) a la calle para decir que nadie está cansado del sueño, que igual sí estamos un poco hartos de tanta tontería, tanta discusión entre los que pensamos lo mismo en lo importante, pero que nadie se va a bajar del carro al que nos ha costado tanto poder subirnos. 

PD: gran artículo de Ada Colau ayer en el País excepto que olvida esa premisa vital que es que lo que más se parece a un español de derechas es un español de izquierdas. Si Pedro Sánchez dijera sí al derecho a decidir sería presidente en un mes. Pero no le dejan sus mayores. 







viernes, 9 de septiembre de 2016

La infidelidad.

Qué bonito tema para un post: la infidelidad. Todo el mundo sabe que ser infiel es lo peor del mundo, un acto poco ético y que convierte al infiel en un ser absolutamente despreciable. 

¿O no?


Me enseñaba una amiga que el libro que cambió la historia de la literatura fue "Crimen y Castigo" porque fue la primera vez en que los protagonistas no son ni totalmente buenos ni absolutamente malvados. En cada uno de ellos, no solo en Raskólnikov, conviven el bien y el mal.

Todos somos un poco Raskólnikov y no solo como personas. La mayoría de acciones que realizamos a diario tienen una doble lectura: en ocasiones detrás de un gesto altruista se esconde una parte repugnante (una motivación no tan limpia como parece, el esperar un retorno) y viceversa, detrás de una actividad que la mayoría de la población repudiaría puede haber algo de poesía, de virtud. 

Cuando uno escribe "infidelidad" lo primero que nos viene a la cabeza es la infidelidad hacia la pareja. 


Pero ¿qué es la fidelidad? 

La RAE (que aunque haga cosas muy raras no deja de ser la RAE) define fidelidad como "lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona". La infidelidad, no se matan, es la "falta de fidelidad"

Como somos de mente estrecha la fidelidad en el mundo de la pareja la entendemos (sí, voy a generalizar) como la ausencia de sexo con otras personas. Perfecto. Es una interpretación simple, aséptica, edulcorada. En resumen: una porquería. 

¿Se puede ser casto de puertas afuera y ser terriblemente infiel?

Ya no hablo de que uno puede ser infiel de pensamiento (hacer sexting, tener chats eróticos con "amig@s", fantasear con Pepe o Lola cuando estás haciendo el amor con tu pareja),  si no de otro tipo de infidelidad.


La infidelidad no deja de ser una dejación de nuestras obligaciones con nuestra pareja, un incumplimiento del contrato no escrito que firmamos cuando empezamos a salir con alguien. 

Criticar a tu marido en la peluquería poniéndolo a parir porque salió ayer con los amigos y llegó borracho a casa o explicar que tu esposa es un témpano de hielo en la cama mientras te tomas una birra con los colegas es infidelidad. Aunque no tengas sexo con nadie más. Es romper el pacto de complicidad que os unió.

No apoyar a tu pareja cuando te necesita, cuando está en un mal momento, es ese preciso instante que se supone, ¿no tenemos pareja para eso?, que has de complementar al otro, es infidelidad porque no estás, como dice la RAE, "ofreciendo tu lealtad"

Entre amigos y familiares pasa lo mismo: te deben esa fidelidad, o sea, esa lealtad, ese estar ahí cuando lo necesitas que es lo que define los lazos fuertes, los vínculos entre personas que se quieren, que se aprecian. Aquí seguimos hablando de infidelidad (porque no es un amigo fiel)  y no hay nada sexual. 



Ese es mi concepto ampliado de fidelidad. 

Ahora nos pondremos en el otro punto de vista, lo que todos estaremos de acuerdo en que es claramente una infidelidad: sexo con una persona de fuera de la pareja sin su consentimiento (el de la pareja claro). OK.

¿Seguro?

Imaginemos una pareja feliz, que tienen una complicidad espectacular, que educan de forma primorosa a unos preciosos hijos y disfrutan de escenas del sofá y de toma del aperitivo dominguero al sol mientras leen La Vanguardia. Una familia para enmarcar. La envidia del barrio.

Pero ella no disfruta en la cama con él, que si, que es muy buen marido y muy buen padre pero que en cuestiones de catre es un  poco sosainas. A ella le gusta un poco de sado, probar juguetitos, sexo en sitios públicos, pero él es muy de misionero y a dormir. O, vamos a ponernos dramáticos, ella tiene un problema de salud que la imposibilita para el noble arte amatorio.

¿Deben renunciar a una vida sexual plena? ¿Deben buscarse la vida por otro lado? Esa es la cuestión. 



La solución éticamente irreprochable sería renegociar el contrato con la pareja, sentarla en un sofá y decirle: te quiero, soy muy feliz contigo a mi lado, me encanta el modelo de familia que tenemos pero necesito que me den caña una vez a la semana (o similar)

Todos sabemos como acaba esta conversación: maletas en la puerta y divorcio.

Así que la situación más lógica e inteligente no deja de ser buscarse un amante y disimular. 

Si las cosas se hacen, se hacen bien: que nadie se entere. Si  el tema es un deshago  o una fantasía sexual que quede en la intimidad de la alcoba.

Recuerdo una escena de la película "French kiss", comedieta romántica de hace muchos años, en que Megg Ryan llora desconsolada y un camarero (italiano) se acerca y le pregunta qué le pasa. Ella responde que su marido la engaña. El camarero le pregunta "¿su hermana?", "¿su mejor amiga?", "¿alguien del trabajo?, "¿la conoce?" y todas las respuestas son negativas. "Bravíssssssimo!!!", exclama "un hombre discreto, ¿dónde está el problema?"

Una infidelidad discreta es menos infidelidad.


No defiendo la infidelidad sexual,  no la he practicado simplemente porque me educaron de una forma muy tradicional y la culpa me perseguiría de forma inexorable todas y cada una de las noches de mi vida cuando mirara a esa persona a la que quiero a la cara. Pero no me parece una aberración que otros lo hagan.

Y sí, como todos, he sido infiel a mi pareja cuando no la he tratado como debería, cuando no la he cuidado como merecía, cuando he priorizado de forma errónea cualquier tontería sobre mimarla.

Miraos al espejo mañana y preguntadle a la imagen que veáis reflejada si le sois fieles a vuestra pareja, no en el tema sexual,  que, en el fondo, no es tan importante, si no en vuestro compromiso de quererla, cuidarla, mimarla y prestarle la atención debida.

Porque esa es la infidelidad que debería ser imperdonable.