Seguidores

sábado, 18 de noviembre de 2023

Mindfulness para asesinos

Mindfulness para asesinos

Libro ameno, divertido, fácil de leer y ciertamente original. Mindfulness para asesinos no será una gran literatura pero garantiza unas buenas tardes de lectura. Primer libro de Karsten Dusse (de dos). 


Mindfulness para asesinos


Empecemos por saber de qué habla el libro. ¿Qué es el mindfulness

La RAE define el término mindfulness de la siguiente manera: 

El anglicismo «mindfulness» puede traducirse por expresiones como «atención plena», «conciencia plena», «atención consciente» u otras similares, que, de hecho, circulan por numerosos textos de Internet.

Para Wikipedia

El mindfulness, es una actividad o estado mental consistente en estar atento de manera consciente e intencional a lo que se hace en el momento presente, sin juzgar, apegarse, o rechazar en alguna forma la experiencia.

Es practicado regularmente por personas que buscan desarrollar esa facultad de atención plena a través de unos ejercicios de meditación concebidos al efecto.

Está basado en la meditación Vipassana, una antigua técnica de meditación asociada al budismo, que consiste en "tomar conciencia del momento presente", "tomar conciencia de la realidad".

En resumen, el mindfulness combinaría meditación y concentración y sería el archi enemigo de unas de las lacras de nuestra época que sería la multitarea, el multitasking. Si no sois capaces de leer este post sin contestar un whats o levantar la vista del ordenador, no lo estáis practicando. 

Mindfulness

El libro parte de un abogado de la mafia, infeliz con su trabajo, con su matrimonio y con no poder practicar la paternidad como desearía, que cambia su vida gracias al mindfulness. Dusse lleva, ya queda claro en las primeras páginas, el concepto a la exageración, a aplicar las tácticas de relajación, meditación y atención plena hasta el absurdo. Y le funciona. 

Cada capítulo se inicia con un breve resumen de un concepto de mindfulness para solucionar emociones y problemas de la vida cuotidiana (despreocupación, celos, urgencia, miedo...) y una pequeña descripción de los ejercicios para afrontarlos, lo que hace que entiendas mejor el concepto de esta táctica de meditación. 

Me ha divertido hasta el punto de que en el primer capítulo solté una carcajada (y soy poco de carcajadas). Tiene la extensión justa y un buen final, nada precipitado y creíble, dentro de que es una historia claramente de ficción. No es altísima literatura pero está pulcramente escrito, con personajes (bastantes y que se diferencian perfectamente unos de otros) bien perfilados. Consigue (lo que para mí es un punto positivo añadido) que la esposa caiga realmente mal sin decir prácticamente nada malo de ella y que haya hombres con valores positivos (dentro de los negativos inherentes a ser un abogado de la mafia o un mafioso). En los días que corren a mi estos libros me reconfortan. 

Esta semana, mientras leía el libro, intenté practicar el Mindfulness. He de practicar más sin duda... Como curiosidad, el autor dice en varias entrevistas que lo aplica desde hace 7 años

Karsten Dusse
Karsten Dusse

Por si os animáis (repito, este libreo me parece muy recomendable) os dejo el link:  Mindfulness para asesinos

Y por si queréis profudizar en el mundo del Mindfulness (yo, la verdad, tengo cierta curiosidad) os dejo los que están considerados los mejores libros... si me animo ya os contaré. 

El poder del ahora de Eckhart Tolle 

El arte de vivir de Thich Nhat Hanh

domingo, 5 de noviembre de 2023

De animales y niños.

De animales y niños

Hace unos días saltó la noticia de que en Catalunya los perros había perpetrado definitivamente el "sorpazzo" y los canes ya superaban en número a los humanos de su edad (niños hasta los 14 años) Los perros son mayoría. Temblad, humanos. 



El tema de los perros, los dueños de los perros y los animalistas por extensión no da para un post, ni para un relato corto ni para un libro: da para una saga que ríete tú de Star Wars o Saw. Como tantas otras evoluciones de la sociedad, nos puede gustar o no, pero el ascenso de los de cuatro patas y el descenso de los de dos es imparable y, con esa frase que se popularizó en la pandemia y que me parece ciertamente siniestra, ha venido para quedarse.

Preámbulo: no tengo nada contra quién, haciendo uso de su libre albedrío y en consonancia con sus gustos personales y, muchas veces, marcados por sus posibilidades económicas, prefieren tener un perro a un hijo. Mis respetos para ellos.  

Más allá  de los excesos que puedan tener algunos dueños de los perros, muchos de los cuales otorgan cualidades ya no humanas si no casi divinas a los canes, me parece que la victoria en número de los perros y la perspectiva de que en unos años lo que es una lucha ajustada pasará a ser una goleada es un fracaso con mayúsculas de la sociedad. 

Empezaremos por desmontar un mito que se oye una y otra vez y que da hasta grima tener que desmentir: los perros NO te dan más satisfacciones que los hijos. Seguro que te dan menos quebraderos de cabeza, te limitan menos la vida y cuestan (mucho) menos dinero: correcto. Pero decir que dan más satisfacciones o asegurar, en una de las frases más utilizadas, aquello de "lo quiero como si fuera mi hijo" es una barbaridad que solo oyes a los que tiene perro pero no se han reproducido. Gracias a Dios. 

En una sociedad en los que, supuestamente, lo queremos todo, el mejor coche, la pareja más guapa, el mejor viaje (y las mejores fotos del viaje), un trabajo excelentemente pagado y que nos realice y el más glamouroso ocio, la realidad es que cada vez jugamos más al empate. Y tener un perro en lugar de un hijo es eso, jugar al empate. Ni muchas satisfacciones (admirar como duerme tu hijo en la cuna es infinitamente superior a ver jugar a tu perro en la playa) ni mucho dolor.

Preparando este post he recordado una canción muy divertida (número 1 en USA en 1963, Jimmy Soul, "If you wanna be happy for the rest of your life") que te dice que para ser feliz lo que tienes que hacer es casarte con una chica fea: te va a exigir menos, te va a dar menos disgustos y nadie te la va a intentar quitar, así que vivirás supertranquilo... Canción divertida, mensaje cenizo. 



Tener perros es lo mismo. Satisfacciones y sufrimientos todo bajo control. 

Volvamos a qué significa para una sociedad tener más perros que niños: un futuro negro. Los perros no trabajan de mayores, no producen y, por supuesto, no se encargan de las facturas. No nos van a pagar las pensiones (siempre podemos responder con la frase de cuñado, "total, igualmente no tendremos cuando seamos mayores"). Seguro que van a contribuir a la sociedad con felicidad, pero eso no paga colegios, hospitales, residencias de ancianos, etc... 

Las políticas de los gobiernos tienen una culpa mayúscula y no ayudan a que se "fabriquen" niños: precariedad laboral con poca seguridad de que no te vas a quedar en unos meses en el paro, aumento estratosférico del precio de la vivienda que retrasa la edad de emancipación hasta casi la pito y menopausia y horarios laborales poco lógicos. Posiblemente aún falten más políticas de conciliación aunque son infinitamente mayores que hace 20 años y nos reproducíamos con mayor alegría. 

Por otro lado la infantilización de la sociedad y esa beatización de los animales, exagerada y ridícula en ocasiones, hace el resto: el sueño ya no es tener una familia, es irse a los rincones más alejados del mundo a tener una experiencia, como si estar en Japón fuera a ser un cambio tan significativo en la vida y tener un perro con el que pasear los fines de semana. O un gato.

Nadie duda de los beneficios de la perroterapia pero, como le está pasando en tantas cosas a la sociedad, el tema se nos está yendo de las manos. Pondré un ejemplo: las residencias de ancianos. Cuando era un mozalbete, segundo del antiguo BUP, o sea unos 16 años, un día a la semana teníamos dos horas dentro del horario escolar para ir a hacer lo que sería trabajo social. Entre las posibilidades una era ir a una residencia a dar un poco de cariño en forma de charla a los abuelos que vivían allí: ¿creéis que los ancianos preferirían un perro a que fuera una persona a darle calor humano? Seguro que no pero, no nos engañemos, es más fácil comprarle un perro al abuelo que convencer a su nieto de que una tarde a la semana se pase a visitarlo... y así todo.  El perro sería un GRAN complemento, pero es un MAL sustituto. 


En resumen, la victoria de los canes, que celebrarán los animalistas, me parece una pésima noticia. Humanos... ¡¡¡¡¡ creced y multiplicaos!!!!


miércoles, 1 de noviembre de 2023

Tres. Dror Mishani

Tres. Dror Mishani. (2021) 

Libro de lo que se supone que es novela negra. La definición que he encontrado de este género literario es: "Novela policíaca en la que, con un enfoque realista y sociopolítico, se refleja el mundo del gangsterismo y de la criminalidad organizada en ambientes sórdidos o violentos". Pues no le cuadra demasido pero bueno... 


Tres. Dror Mishani

A Dror Mishani (Israel, 1975) se le considera como un "maestro de la novela negra actual". En la publicidad de La casa del libro ponen cosas tan hiperbólicas como "sigue la estela de grandes maestros del suspense como Alfred Hitchcock y Patricia Highsmith"

A mí los adejtivos que se me ocurren son menos hiperbólicos, la verdad. No he conseguido meterme en el libro, quizás al principio, lo reconozco, porque desde hace un tiempo me rechinan un poco las historias en las que los hombres son malos sin más explicación, simplemente como si fuera parte de su naturaleza. 

Sinopsis

"Thriller sobre tres mujeres cuyas vidas aparentemente normales se entrecruzan en un engañoso rompecabezas emocional. Orna, maestra en Tel Aviv y madre divorciada, se ha decidido a olvidar su fracasado matrimonio y empezar una vida nueva; Emilia, una cuidadora recién llegada a Israel desde Letonia, necesita a partes iguales un trabajo y un amparo espiritual que la mantengan a flote; Ella, por su parte, acude cada mañana a un cafe para terminar su tesis doctoral, pero, sobre todo, para huir de su monótona vida familiar. El destino de estas tres mujeres dará un giro trágico el día que aparezca en sus vidas Guil, un hombre que pronto dejará claro que no es quien dice ser. Aunque quizá ellas tampoco..."

No me ha convencido la forma de narrar la historia, muy aséptica, de narrador omniescente que lo ve todo pero de forma muy impersonal: tanto que le resta el dramatismo que creo que la historia merecía. Ni la trama me ha atrapado, ni me ha conmovido, ni me ha hecho devorar el libro que, por otro lado, está pulcramente escrito aunque tiene una forma de mezclar tiempos verbales que a veces resulta, cuanto menos, confusa. 

Que dos protagonistas se llamen Orna es algo que no he acabado de entender, la verdad. Es como si le pusiera Carlos al asesino y al amigo del asesinado... Además, acabas y te da la sensación de que le falta "chicha" y, el peor defecto, que no nos explique NADA de la motivación del personaje principal para actuar de la forma que actúa es algo que le resta toda credibilidad al libro. 

Leyendo las crítica que recibe el libro que no son malas (3.9/5 en Amazon) me quedo con dos: 

1- A mí, personalmente, la motivación del asesino me parece casi lo más intrigante de una novela de este estilo, y eso el autor no nos lo cuenta.

2- Se lee fácil y está bien escrita pero no es muy emocionante que digamos.

NOTA: 5 pelado. 

Por si alguien se anima os dejo el link para comprarlo: Tres

sábado, 21 de octubre de 2023

El graduado, la fiesta y el orgullo.

El graduado, la fiesta y el orgullo

Este viernes pasado se graduó Iván, mi hijo mayor: de un doble grado, claro, que si estudias solamente una carrera ya parece que es poca cosa. La ceremonia estuvo francamente bien, emotiva y con unos delegados de clase que demostraron que con veintipocos se puede hablar excelentemente en público, incluso delante de quinientas personas. Padres felices e hijos satisfechos por acabar, por fin, la carrera (todos sabemos que las carreras se hacen largas al final, casi tanto como añoras, al cabo de poco tiempo, no volver a la "facu"). Todos guapísimos: ellos trajeados y con corbata y ellas como si fueran a una boda, con la belleza exuberante que da la juventud. Y yo, feliz como siempre que ves que tus hijos hacen algo bien. 


Al día siguiente, como buen padre feliz, colgué una foto en las redes en las que se nos ve relucientes y recibí muchas felicitaciones de amigos y conocidos con una frase muy repetida: "estarás orgulloso".

La palabra orgulloso tiene la cualidad de que en una frase como ésta es claramente positiva pero tiene toda la carga negativa si alguien te adjetiva con ella con un "eres un orgulloso". El contexto. Venga que me desvío. 

Es evidente que estoy muy orgulloso de mi hijo (de los dos, pero hoy toca hablar del mayor). Creo que lo he estado siempre (bueno, quizás excepto un par de días lo habría colgado de los pies de lo más alto de la estatua de Colón pero, qué menos, que ha pasado la adolescencia) Además, y me parece importante, creo que estoy orgulloso de forma merecida y proporcionada. 

Como soy un tipo raro y diría que mi hijo se me parece (le he pedido aprobación antes de publicar el post, que su vida privada es suya) me sorprendió un poco tanto comentario sobre lo orgulloso que debo estar. 

Soy poco de fiestas. Que mi hijo iba a sacar la carrera con notazas era una evidencia desde el final del primer año de universidad. Diría que desde que vi su capacidad de estudio (esfuerzo) en bachillerato (la intelectual se vio mucho antes) pero siempre queda un pequeño porcentaje de duda. 

La graduación es (para los dos) simplemente el final del camino, que por esperado sorprende menos: en nuestro caso trae consigo una felicidad serena y poco explosiva. Es como ganar una liga con diez puntos de ventaja: estás más orgulloso del equipo que si la ganas de penalty en el último partido, pero la celebración es menos abrupta. 

Tenemos una foto para demostrar el éxito del estudiante y la satisfacción filial y paterna, para decirle a la sociedad que el niño está haciendo bien las cosas y ya tiene estudios. Posiblemente sea la última foto de este tipo que pueda colgar, porque para ver sus logros a partir de ahora (hablamos de carrera profesional) habrá que ir a Linkedin. 

Pero el orgullo con tus hijos es como el trabajo, una línea continua desde que nacen, en los que hay algunos trozos discontinuos que dibujan cuando no te gusta lo que hacen o algunas curvas si se desvían de lo que, para ti, es el camino correcto. 

Mi hijo ha acabado el camino fácil: hasta ahora todo lo que ha hecho ha venido de forma natural, ha seguido simplemente lo que se espera de un chico desde que empieza en el colegio: que acabe la carrera. 

Peor ahora empieza lo de verdad: ha de coger las riendas y tomar sus propias decisiones. Es cierto que, de forma parcial ya lo ha hecho al elegir carrera o, dentro de la misma, al dedicarse más a una rama que a otra, pero ahora viene la parte del león.  El mundo actual tiene muchas más opciones laborales que el de hace 30 años, muchas más posibilidades para acertar pero también para equivocarse, con la suerte de que todos empezamos a entender que el error no siempre es malo, que muchas veces es la antesala del acierto. 

¿Lo veo preparado?: diría que sí, pero es el momento de empezar a saltar sin red, o con una red más endeble, que tampoco nadie se va a retirar de ayudarlo cuando haga falta. 

Para mí también viene la parte difícil que es aceptar que ya no puedo dar órdenes (con lo que me gusta mandar a mí), que esa etapa ha pasado, que a partir de ahora solo puedes sugerir, que puedes intentar influir de forma sibilina para que tome la dirección que te parece correcta, pero sin más. 

Y, por qué no, vienen momentos difíciles como animarlo a que se vaya un par de años fuera de España a seguir creciendo (laboral y personalmente) sabiendo que lo vas a añorar, aunque en la época de whats y las videollamadas todo es más cercano, viendo venir aquello del nido vacío que nos amenaza de forma especial a los divorciados aunque llevemos toda la vida practicando en las "semanas sin". 

Pero eso vendrá en el futuro, ahora solo había que colgar la foto y celebrar el final (con éxito) de su formación. 



Firmado: un padre orgulloso. 





sábado, 30 de septiembre de 2023

La zona de confort: ¿amiga o enemiga?

La zona de confort: ¿amiga o enemiga?

 En los últimos años, inmersos en la superficialidad de las redes e Instagram, hay un lugar que se ha convertido en sinónimo de aburrimiento, de monotonía, de algo de lo que huir, de algo perjudicial: sorprendentemente ahí está la zona de confort.

Primero de todo, como en Airbag: el concepto. 

La zona de confort (del inglés, comfort zone) es un estado psicológico en el que una persona se siente tranquila y segura, sin miedos ni ansiedad.  

Esta sería la parte de la definición de zona de confort que me gusta, pero luego viene, cómo no, la coletilla. 

En esa zona mantiene una misma rutina, no asume nuevos retos y, por lo tanto, su desarrollo personal se estanca


Traducido: la zona de confort es donde no molan las fotos de Instagram (sí, ya sé que hasta ver una serie en Netflix desparramado en un sofá de Ikea es motivo de postureo), donde uno sabe, dentro de lo imprevisible que es la vida, lo que sucederá. La zona de confort es nuestra casa, nuestros amigos de la universidad, nuestra familia, ese bar preferido al que vamos y en el que el camarero ya sabe nuestra comida favorita, si tomamos postre o si preferimos el café con leche corto de café descafeinado con leche de avena recogida en día de luna llena. 

¿A nadie le gusta eso? A mí, sí. Mucho. Me encanta. Y saber cómo se llama la camarera o camarero y que me llamen por mi nombre me hace sentir feliz, mira con que cosas tan simples me conformo. 

Salir de la zona de confort y bucear en el área de la incertidumbre está muy bien porque es donde ocurren las experiencias más sorprendentes, las más enriquecedoras, las más interesantes, donde, en frase de postureo, "sucede la magia". Y está muy bien arriesgarse a salir a esa zona de incertidumbre... de vez en cuando.  ¿Con qué frecuencia? Pues depende de cada uno: de lo a gusto que esté fuera de su zona segura, de lo que le cueste (stress, ansiedad) anticipatoria) salir de ella y del beneficio que saque de cada excursión.  

La zona de confort es beneficiosa y, lo ideal, es que entremos y salgamos de ella con facilidad, como Pedro por su casa. Ha de ser un refugio y no una prisión, tu zona segura, ese sitio agradable al que volver y en el que necesitamos pasar el mayor porcentaje de nuestras vidas. Ha de ser "casa" (como concepto).  
Recuerdo una comida de esas que haces dos veces al año con un grupo que, por cosas de la vida, ya no te ves a diario, en que una chica dijo que en estas reuniones siempre estaba a gusto porque todos los amigos sentados allí éramos "casa". 


Este verano he tenido dos destinos vacacionales: uno dentro y uno fuera de mi zona de confort. Japón (primera viaje al país nipón y a Asia) y Menorca (mi decimoquinto verano consecutivo que paso allí) 

Cada uno tiene su parte buena y su parte mala, pros y contras. ¿He crecido más como persona en Japón o en Menorca? Sin duda en Japón: me ha añadido unas vivencias que no he sumado en Menorca, evidentemente. Pero las dos han sido, a su manera, estupendos. En unos años recordaré Japón como uno de los viajes de mi vida, especialmente por compartirlo con mi hija, pero cuando un psicoanalista me pida que relacione las palabras "vacaciones" o "verano", Menorca será lo primero en acudir a mi mente. Y si algún año me salto esa semana de septiembre en Menorca el verano me parecerá incompleto sin duda... 


Cala Cavalleria 

En Menorca he ido al Backgamon a ver fútbol (tres partidos del Barça con tres victorias y una derrota del Madrid, ni tan mal) y disfrutar de su estupendo sandwich de pollo y cheddar, a La Paella a desayunar de forma compulsiva mi bikini con café con leche y a comer el solomillo de cerdo con queso, los calamares o la sepia. He repetido (cambio de este año) el flan biscuit hasta la saciedad y he hablado con los camareros de fútbol o de por qué había menos turistas este año y, aunque hizo mal tiempo, no pude dejar de acercame a Macarella y Macaralleta. 

Y en Japón quedé impresionado por el país, la cultura y la educación de sus habitantes (ver post). 

Aprendí a moverme en un país que tiene un idioma tan complicado que me cuesta hasta recordar el nombre de las calles y monumentos y a gozar de estar lejos de casa. 


OSAKA
Osaka

Pero aunque sea menos glamurosa y no nos haga crecer como personas, me revienta que se perciba la zona de confort como algo negativo. Para tener una salud emocional sólida y consistente es importantísima, de la misma forma que es vital saber aventurarse, de vez en cuando, fuera de ella, a ver si tenemos una noche mágica, mítica, a lo "Resacón en Las Vegas"... o quizás algo un poco más suave.


NOTA: fotos propias, imágenes propias generadas por IA. 

Y, como siempre, para despedirme, los links de mis libros!!!

sábado, 23 de septiembre de 2023

Tan poca vida (A Little Life) Hanya Yanagihara

Tan poca vida (A Little Life) Hanya Yanagihara

Segundo libro de la escritora Hanya Yanagihara, publicado en 2015. El tercero lo acaba de sacar en 2022, esta vez sin excesivas buenas críticas. 


Librazo, absolutamente recomendable pero NO para corazones sensibles. 



    Desarrollo, intentando no hacer muchos spoilers: el libro trata, esencialmente de la vida de Jude St Francis (abogado) y de sus tres amigos de toda la vida: Willem (actor), JB (pintor) y Malcom (arquitecto) en Nueva York. 

   Imagen de TravelScape en Freepik


     El personaje central, Jude, es una persona con un pasado tormentoso con terribles traumas infantiles que no ha conseguido superar y, de una u otra manera, todo el libro gira en torno a él y la forma de intentar ayudarlo de sus amigos. Aunque el principio me resultó un poco confuso el quién es quién (no tengo muy claro, por ejemplo, quién es negro y quién es blanco) como suele pasar cuando hay muchos protagonistas que salen de golpe a la palestra, los personajes, poco a poco, quedan perfectamente perfilados. Si os pasa, aguantad. 

    Los traumas infantiles con el abuso sexual muy destacado, la amistad y la homosexualidad (menos) serían los tres temas centrales. Curiosamente es el número 1 en una curiosa categoría de Amazon que sería "gay ficción". No lo hubiera catalogado así, aunque es evidente que la temática gay es importante, pero no me parece lo central del libro ni mucho menos. 

    El libro es magnífico, con una escritura ágil, con prosa bien entrelazada pero no recargada. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con un libro, os lo recomiendo y coincido con la crítica literaria que lo ha ensalzado de forma unánime.  Además, éxito comercial con más de 1.000.000 de ejemplares vendidos. 

    Dos avisos: es un libro muy pero muy duro. La escritora americana pone como uno de sus referentes a Roth que es un escritor que siempre remueve algo dentro del lector. Si eres de los que te gustan novelas alegres que pinten un mundo bonito y feliz, no es tu libro. 

    Es muy extenso, 1009 páginas nada más y nada menos: o sea que los que creen que un libro hay que acabarlo en dos días, a por otro. 


    Como todos los libros, alguna cosilla que chirría un poco. Todos los personajes son extraordinarios en lo suyo, como si la mediocridad no tuviera cabida en New York o en su ambiente. No hay nadie que no vaya para premio Nobel o similar: quizás un poco de normalidad en un amigo hubiera ayudado a que fuera más creíble dándole un toque más real. 

    Por otro lado, aunque ayuda a dibujar muy bien la personalidad de Jude, hay algunos pasajes que vuelven una y otra vez a lo mismo: quizás sin estas repeticiones hubiera conseguido bajar de las 800 páginas y hubiera ganado en agilidad. Siguiendo aquella máxima: si crees que al libro le sobran 100 páginas, es que le sobran 100 páginas.

    Pero quitando estos dos detalles, me parece un libro espectacular, imprescindible para lectores de novelas difíciles y de temática dura.

Os dejo el link por si la queréis comprar: Tan poca vida

Y el de su nueva obra: Al paraíso


Hanya Yanagihara 




jueves, 14 de septiembre de 2023

PAINKILLER (analgésico vs medicina letal) y un mundo sin dolor.

Painkiller (analgésico vs medicina letal)y un mundo sin dolor.

Painkiller es la traducción literal de analgésico y, también, el nombre de una serie de Netflix sobre la epidemia del abuso de mórfico en forma de oxycotin que azotó los Estados Unidos (se le atribuyen 500.000 muertos en dos décadas, algo menos de la mitad de los que se llevó el coronavirus) 

<a href="https://www.freepik.es/foto-gratis/doctor-guantes-pildoras-botella-vista-lateral_7452757.htm#query=oxycontin&position=25&from_view=search&track=ais">Imagen de 8photo</a> en Freepik

Imagen de 8photo en Freepik

La serie, como todas las que van disfrazadas de documentales, hay que tomársela como una dramatización, posiblemente con enormes inexactitudes de lo que realmente pasó. Haciendo un resumen rápido, se empezó a recetar morfina oral como churros para dolores de leves a severos, se engancharon muchísimos pacientes, de los que la mayoría no deberían haber recibido un mórfico en su vida y, a la vez, se puso de moda como droga, una nueva heroína que se esnifaba. 

De la serie, que cada uno barre para su casa, para mí lo más interesante era la forma en que veía la relación en el triángulo de amor-odio que hay entre dolor, médicos y pacientes. Si queremos podríamos meter a la industria farmaceútica (primera culpable sin duda en este caso) como cuarta en discordia con sus visitadoras top model (en la peli). Pero eso lo dejo para otro día. 

Así a vuelapluma me salen unas cuantas reflexiones. 

Primera reflexión (autocrítica): los médicos estamos muy poco formados en lo que respecta al dolor. Se nos dan interminables clases y presentamos en sesiones casos de enfermedades que raramente veremos pero no tenemos una formación sólida respecto al dolor: ni nos enseñan a valorarlo, ni a empatizar con el paciente, ni a tratarlo. Sin embargo, todos los profesionales, cada día (a no ser que seas patólogo), lo tratamos. Segunda autocrítica, el dolor de los pacientes no nos importa en muchas ocasiones en su justa medida (sí, falta de empatía) y por tanto, a veces no le prestamos la atención debida. Empiezo por la autofustigación, para que no se diga. Propósito de enmienda. 

Segunda reflexión: la sociedad, y los pacientes como representantes, no toleran el dolor. No lo soportan como tampoco toleramos las esperas en los restaurantes (aunque sean cinco minutos y no tengamos prisa) o que el jefe nos regañe (aunque sea con buen tono por una metida de pata considerable). Somos (todos) demasiado importantes. YO (un gran YO con mayúsculas) no puedo tener tanto dolor. Algo habrá para paliarlo o curarlo. NO hablo del paciente con enfermedad grave (oncológico), que quede claro, hablo de dolores soportables y que todos tendremos en nuestra vida. 

Imagen de Freepik

Tercera reflexión: no todo lo que suena bien es bueno y no todas las (supuestas) buenas intenciones hay que comprarlas como buenas ideas. Hay slogans preciosos con terribles filosofías detrás. 

Cuarta reflexión: cuesta mucho ir contracorriente.

Desarrollo las ideas: 

Desde hace unos años se considera que la valoración del dolor es "la quinta constante" dándole de forma oficial la misma importancia que a la tensión arterial, la fiebre, la frecuencia cardiaca o respiratoria o la saturación de oxígeno. Para los listos, sí, a mi también me sale como la sexta constante... 

Dentro de la forma de evaluarlo la que triunfó por su sencillez (y sigue siendo a día de hoy la más utilizada) es el conocidísimo EVA (escala analógica visual) en el que se valora el dolor (menos de 3 dolor leve, de 4 a 7 moderado y de 8 a 10 severo) Muchas veces se pregunta (o sea que de visual poco)  pero originalmente es una escala analógica con colores o caritas más o menos tristes. Si te duele poco, carita sonriente y verde, y si te duele mucho, carita triste y roja.  

Muchos protocolos se basan en esta escala y los analgésicos se aplican según lo que dice el paciente. Si alguien tiene EVA de 8 a pesar de analgesia previa se le administra un analgésico potente (morfina en sus diferentes formas) Parece hasta lógico. Vamos bien; le preguntamos al paciente por su dolor (intensidad) al que hemos puesto en valor con lo de la quinta constante y actuamos en consecuencia. 


Imagen de brgfx en Freepik

A partir de aquí, creo que de forma bienintencionada, surgieron movimientos cuyos lemas suenan más que bien, entre ellos, muy destacado, el de "Hospital sin dolor". ¡Qué bonito! ¡Nos preocupamos tanto del dolor de los pacientes que queremos ser un Hospital sin dolor!  Precioso. 

Pero bajemos a la vida real.

¿Cuál es la valoración que hacen los pacientes de su dolor? ¿Qué "EVA" se dan? Hablo de lo que conozco, ciudad de Barcelona en el 2023, igual en un pueblo minero de Asturias es diferente. Lo sobreestiman en un gran número de oportunidades. Lo sé, el dolor es subjetivo y solo lo saben ellos. Ok. Venga, soy un médico poco empático que no le preocupa el dolor de los pacientes por decir eso... Pues quizás sí o quizás no. Posiblemente la respuesta correcta será, a veces sí y a veces no. 

Pero... si un paciente viene por una faringitis (por tanto, le duele al tragar) NO puede tener un EVA de 9. Cuando les explicas que un 10 es un dolor insoportable, igual a que si te amputaran un brazo con una sierra eléctrica, lo bajan a un 8. Vaya. 

Se acerca un EVA de 10

Entonces nos inventamos algo que se llama EVA modificado que creo que no existe (o al menos no está validado) que significa que el paciente dice una cosa, por ejemplo se da un EVA de 8, pero a nosotros que lo vemos tan panchos no nos cuadra y le ponemos un 6 raspado. Arreglado (ironía)  

Sigamos. Si creemos al paciente de la faringitis con EVA de 9 es posible que le tengamos que acabar administrando derivados de la morfina (1/2 dolantina o tramadol que, de tanto recetarlo olvidamos que son opiáceos) porque posiblemente aunque le pinchemos un enantyum (espero que Menarini me haga un ingreso cuantioso por la publicidad no encubierta) seguirá en un EVA de 8. 

Y, sorpresa, si le pinchamos la 1/2 dolantina porque somos buenas personas y empatizamos con él es muy posible que tenga mareos y nauseas, incluso que vomite. Como seguimos siendo buenas personas le pinchamos también primperán para evitarlas, aunque sabemos que alguno hará un extrapiramidal que es bastante desagradable (poco porcentaje, lo sé, pero si alguien quiere leer los efectos secundarios de la metoclopramida da más miedo que El exorcista) 

Este sería un ejemplo (caso real) de sobretratamiento si creemos al paciente: aceptamos, porque no queremos ir a contracorriente, que su palabra es ley y que si tiene dolor insoportable (EVA 8-9) a pesar de analgesia convencional y merece un opioide. Estos casos que son en pacientes agudos, si lo pasamos a casos mas crónicos vamos a parar a la serie y a lo que pasó con el oxycotin: ya tenemos nuestro "Painkiller" (con la inestimable ayuda, no me olvido, de industria y médicos) 

En medicina (frase que utilizo muchísimo con mis pacientes) todo lo que hacemos se basa en una relación riesgo-beneficio. Todo. Desde hacer una simple analítica de sangre a un cateterismo o un trasplante. Y con la analgesia también. Y con el dolor, desde el paracetamol de 650 mg (qué tiempos aquellos en que lo normal eran 500 o 650 mg y no 1000...) al ibuprofeno pasando por el nolotil todos tienes sus efectos secundarios: hepatotoxicidad, nefotroxicidad, gastrotoxidad, agranulocitosis... 

¿Por qué no recetar (tantos) opiáceos?

Lo primero, simplificando, en la gente joven tenemos el problema de que se pueden "enganchar" y en todas las edades pero especialmente en los ancianos los efectos secundarios. Y, en mórficos potentes especialmente en pacientes pluripatológicos, que no es tan complicado llegar a situaciones graves (las muertes de oxycontin por sobredosis) 

No es lógico ni asumible ni sano pensar que vamos a operar a un abuelo de ochenta y cinco años de una fractura de cadera y no vaya a tener dolor. Y hay que aceptar, que con los anlagésicos que tenemos será mejor tenerlo con un dolor moderado sin mórficos que con un dolor cero con morfina. Y lo mismo con un paciente joven tras según qué cirugías o en un según que lesiones crónicas. El Hospital sin dolor no existe. Y si existe en algún lado es un mal negocio a medio plazo. 

Hemos pasado de un sistema paternalista en la relación médico-paciente a una clientelista, en la que el paciente (como el cliente) siempre tiene la razón. Y no quiere tener dolor. A mí esa relación me gusta tan poco como la anterior. Para salir de ella hay que explicarle al paciente por qué no, alternativas farmacológicas y no farmacológicas, pros y contras... y eso es mucho más cansado y costoso (en tiempo) que subir un par de escalones la analgesia y que se vaya contento. 

Imagen de jcomp en Freepik

Hace un par de años en mi hospital pasamos la Joint Comission que es una acreditación sanitaria que, a diferencia de otras, está muy basada en procesos clínicos y seguridad del paciente. Uno de los puntos que nos preguntaron era el consumo de mórficos, en unos niveles muy aceptables respecto a la media española y muy lejos del conusmo medio estadounidense, pero con un claro ascenso en los últimos años.  El evaluador, de Miami, nos preguntó si estábamos preocupados por el ascenso y nos dijo que, si no lo estábamos, empezáramos a preocuparnos, ya que nuestra gráfica era la que tenían ellos hacía unos 10 años (y ahora están con la crisis del fentanilo pegando a lo bestia, aunque en este caso parece que tiene más que ver con la heroína de la década de los 70 que con el oxicontin)

Nosotros podemos mirar hacia otro lado y esperar que lo controlada que está la prescripción de opiáceos potentes (codeina y tramadol son otro cantar) nos ayude a librarnos de esta lacra que ahora tiene el nombre de fentanilo y que, entre otros, se llevó por delante a mi venerado Prince. 


En resumen, creo que es una serie (vuelvo a Painkiller) interesante para ver y más aún para reflexionar sobre ella, sobre el caso que le hacemos (o no) al dolor de los pacientes, a lo fácil que es pedir o recetar más analgesia sin pensar en los efecros secundarios, a las posibilidades de que los pacientes se "enganchen", a que un buen fármaco en buenas manos acabe como una droga matando gente y de que, en medicina, lo mejor es, muchas veces, enemigo de lo bueno como en la Fábula del Nirvana. 

Imagen de cookie_studio en Freepik


Si os ha gustado, suscribíos al blog, que es gratis!!!


Y, como siempre, os dejo los link de mis lbros!!! 

viernes, 1 de septiembre de 2023

Mis 250 post.

El otro día casi, sin querer escribí, mi Post número 250. Poca broma... 



Un número enorme que me dejó bastante sorprendido (recuerdo el post conmemorativo de los 100 como si fuera ayer...) Pero no: empecé a escribir en 2014 y tuve mucha actividad hasta 2017 (ahí hay unos 200 post). Me lo pasé más que bien, me distrajo más que Netflix y me llevó a la siguiente estación que fue (es) escribir libros. 

Como el tiempo es finito, poco a poco los dejé  de lado, pero, he de confesar, añoro el liarla un poco, polemizar e interactuar directamente con los que no están de acuerdo conmigo, hecho que muchísimas veces pasaba más en Facebook (no Instagram , no Tiktok, que pare tener conversaciones con amigos Facebook siempre ha sido el mejor) que en los comentarios del blog. Casi echo de menos hasta las amenazas de los antivacunas. ¡Qué tiempos aquellos! 

El 250 ha sido un sido un tema tan polémico y tan absurdo a la par que tan importante como el pico de Rubiales a Jennifer Hermoso, una tontuna de un impresentable que explica perfectamente en que se ha convertido este país, para lo bueno y para lo malo, con sus fobias y sus filias. Una sociedad sin grises, algo de lo que yo he intentado huir en cada escrito. 




Han pasado 8 años desde el número 100, que aproveché para hacer una clasificación de los que para mí eran los 10 mejores, aunque muchos de ellos no se encontraran entre los más leídos (los que salen a la derecha de la pantalla según se mira) Os dejo el link  

Mis primeros 100 post


En estos más de 8 años y 250 post he tenido 186.003 visitas, que no sé si son muchas o pocas, pero como el objetivo siempre fue divertirse y matar el gusanillo de escribir me doy por satisfecho. 

No me he hecho rico (1 eurito por post leído, que hubiera sido lo suyo, me hubiera servido, como dicen los ganadores de la lotería de Navidad, para tapar agujeros) y he comprobado que algo debo hacer mal con los anuncios que salen justo al texto porque nadie entra. Por si alguien tiene curiosidad he ganado la friolera de 18.78 euros con 185.000 visitas, o sea que aproximadamente cada 10.000 visitas, 1 euro. 

Como estoy hay que solucionarlo urgentemente, que mis niños comen mucho, os animo a marcar los anuncios y comprar los magníficos productos que promocionan. Si llego a 20 euros con este post, ¡enseño un pecho!

Volvamos: confieso que añoro el escribir a lo tonto un rato cada día sobre temas que interesan a muchos o que solo me interesan a mí,  así que intentaré recuperar un poco el ritmo y escribir uno al mes (al menos). Prometido. Como lo de ir al gimnasio desde el 1 de septiembre.  No fallaré. 

Es interesante revisar el blog y, como una especie de diario o viaje al pasado, ver a tu yo del 2014. Puedes compararlo con el del 2023 y comprobar como con algunas cosas que opinabas ya no estás del todo de acuerdo (véase independentismo en el que los que nos tenían que llevar a Itaca me han vuelto a llevar al más puro al peix al cove) y como otras actitudes que hay en la sociedad se repiten más que el día de la marmota.  

Me hago especial gracia (me caigo bien) en mi época de recién divorciado hablando de forma humorísitica (siempre hubo personas que se lo tomaron en serio pero que le vamos a hacer, que el sentido del humor está desigualmente repartido) sobre el ligoteo, el sexo y las relaciones de pareja. 

Por si alguien tiene un último rato de vacaciones que hay que matar y no hay ninguna serie que le llame la atención (Good Omens está muy bien, ahí lo dejo) añado a mis 5 post favoritos del 1 al 100 cinco más del 101 al 250, uno de cada estilo.

Familiar: 

Medicina y pandemia: 

Sexo y humor: 

Relato corto, sacado del próximo libro de relatos.

Como siempre, os dejo los links de mis dos libros, que en breve tendrán un hermanito, cuando decida entre uno de ciencia ficción, uno de relatos  o uno sobre los animalistas. 

Lo que sucedió tras la muerte de mi madre



sábado, 26 de agosto de 2023

Un pico.

Rubiales y el pico más famoso de la historia

 Rubiales aguanta. Caerá. Pero a día de hoy aguanta. Y tiene más soportes de los que pensamos. 





Vaya por delante que me parece que Rubiales se tiene que ir por varios motivos: por tocarse el paquete en el palco de autoridades, porque no es nadie que pueda representar a un país de una forma mínimamente decente, sólo hace falta oírlo hablar, por el beso a Jennifer Hermoso y por burro. Y tiene, al parecer, bastantes cadáveres escondidos en el armario, como casi todas las personas de estos niveles. 

Uno tiene que saber si está en misa o en una discoteca, si va a una boda del Opus o a una por lo civil de una pareja gay. Uno tiene que conocer dónde está y que terreno pisa, en que siglo vive y cuales son las corrientes de la sociedad civil. Y más si tiene un cargo importante por el que gana casi un millón de euros al año. Si estás en un palco junto a reina e infanta, contención, casi nivel ópera, aunque tengas una bandera republicana enorme en tu habitación. Si eres el jefe de veintidós mujeres (que además son jóvenes y tienen cuerpos de deportista) y además con ese nivel de exposición pública, conducta intachable. Intachable es intachable. 

A unos les parecerá que es justo que sea así, a otros les parecerá una animalada, pero hoy en día el beso de Rubiales a Jennifer Hermoso pasará por encima de noticias de sucesos infinitamente más graves, muchos de ellos en el campo de la lucha por igualdad (feminismo de antes). Pero es lo que hay. El trending topic domina el mundo. 

Un "pico" sin un consentimiento claro e inequívoco con una audiencia de millones de personas hoy en día es inaceptable, aunque haya muchos otros actos que, objetivamente, son más graves. Y es así si lo hace un hombre y no es así si lo hace una mujer, y tenemos ejemplos recientes, por ejemplo en Master Chef. Nos puede gustar más o menos (a mí no me gusta nada esta asimetría en los derechos, creo que igual que saltará Rubiales o que hay que dejar de ver a Pablo Motos por baboso habría que hacer lo mismo con Mercedes Milà o con Anabel Alonso) pero la vida es así. Por cierto, Anabel Alonso ha aprovechado para salir sacando pecho de aquel beso con la frase "Jordi se quejó? No" y acto seguido pidiendo casi cárcel para Rubiales. La doble moral... alucinante. 

Y hay que luchar contra esto y entender que lo que es inadmisible para unos lo es para otras. Y eso es feminismo. Sé que ahí voy contracorriente. 

El caso de Rubiales y Jennifer para mí está muy claro. He visto vídeos en los que hasta se puede entrever que ella consiente (uno del vestuario diciendo "pues vale") Pero es que, aunque en este caso él le dijera "un pico" y ella contestara "pues vale" es un consentimiento viciado por el momento y por la posición de poder de Rubiales. Lo que se dijeron en ese momento sólo lo saben ellos dos: pero el problema no es "el pico", es el mensaje que transmite: soy el macho alfa y tú eres mía. 

Lo de las explicaciones posteriores y las "disculpas" podría llenar un capítulo de como NO hay que disculparse (si eso es lo que hizo). Terrorífico el porte chulesco, de matón de discoteca y de sobrado, y lamentable los dos seleccionadores (masculino y femenino) aplaudiendo un discurso inverosímil.

La comunicación de ella tampoco podría ser peor: sale en un programa de radio quitándole importancia el mismo día, hay videos descojonándose en el vestuario sobre el tema, una asociación saca una nota en su nombre y, al final, saca un comunicado ella. Me parece que también le ha podido la presión y que nadie le ha aconsejado bien. 

Desde el principio del Mundial huboun problema de exceso de protagonismo de los integrantes masculinos del equipo y una lucha por dejarlos de machirulos a las primeras de cambio por cierto sector mediático o político. La crítica constante por utilizar el masculino inclusivo (un feminismo inclusivo aunque gramaticalmente incorrecto hubiera sido mejor recibido) y, como siempre en el deporte femenino, todo está envuelto en reclamaciones políticas y feministas. ¡Qué pena que no sea sólo deporte!

Ellos (Vilda y Rubiales) han puesto todo de su parte para darles la razón: mala representación de los hombres... 

Como aquí no se salva nadie: Yolanda Díaz ha aprovechado para pedir, de forma ridícula, la equiparación salarial.  La audiencia de los hombres en la final de Sudáfrica fue del doble (16.670.000 contra 8.500.000 espectadoras). No dudo que  haya que subirles el sueldo a las jugadoras porque uno tiene que cobrar por lo que produce, pero entrar en hipérboles y comparaciones acomplejadas es ridículo. Vi un video de dos mujeres pidiendo equiparación salarial, celebrando la victoria con banderas españolas, pero no habían comprado la camiseta de Aitana Bonmatí (¡Dios, qué bien juega!) Eso es lo que deberíamos estar viendo: los highlights de las mejores jugadas de Aitana pero no... Por cierto, recordar la última edición de la final de la Copa de la Reina sin representación de la Casa Real...  Estoy seguro que Yolanda Díaz verá, al menos, un partido por jornada de la liga femenina: eso subirá el sueldo de las jugadoras. 

Ahora entramos en la segunda parte de lo que ya es una parodia: exigir al Barça que haga un comunicado más contundente (el Madrid no ha hecho ninguno), pedir a los jugadores que hagan huelga el fin de semana o que renuncien a la selección: al menos. Igual alguien olvida que Rubiales es el jefe de los árbitros... Florentino lo recuerda y ayer ya se vio en el Celta- Madrid... o quizás fue casualidad. 

Y creo que queda mucho culebrón: los partidarios de uno y otro  grupo, porque aunque sea sorprendente Rubiales sigue teniendo partidarios (ahora parece que la Federación está intentando demostrar que ella dijo "pues vale" y que por tanto hubo consentimiento explícito, amenazas a las jugadoras que digan que no irán a la selección, que al parecer es obligado), se enrocarán porque si hay evidencias que cambian los hechos tampoco va a importar demasiado.

En fin españita en estado puro, con sus machirulos desacomplejados, con sus excesos, con esa doble moral que tanto nos caracteriza y con ese guerracivilismo que caracteriza a la opinión pública y las redes sociales más que a la sociedad.

PD: Sé que este post a mucha gente la parecerá muy tibio por no pedir la cárcel para Rubiales (solo creo que hay que echarlo y eliminarlo de cualquier puesto de responsabilidad o de cara al publico) o por poner matices, algo muy feo hoy en día. 


domingo, 20 de agosto de 2023

Japón versus España.

Vengo de dos semanas de viaje por el país del sol naciente con mi hija. Spoiler: nos ha encantado, como a todos los que van. Muy recomendable. 


La cultura oriental está de moda (Korea, Singapur, Japón...) y parece ser que este año "todo el mundo iba a Japón". Me alegro, es un post que interesará a esas decenas de miles de millones de turistas que hemos ido. Ya lo veo viral que te mueres: por fin. Mi minuto de gloria. 

Fuera bromas, no sé si erámos muchos turistas o pocos, pero he oído hablar más catalán que en mi barcelonés barrio muchos días. Tampoco es tan difícil. 

No quiero explicar (al menos no en este post) la ruta que hicimos, colgando fotos superchulas para dar envidia a los pringados que curran (como yo, que ya estoy de vuelta al trabajo) y deciros lo supermegamaximprescindible que es ir al templo de X o de Y (siempre al que no has ido es el mejor, ley de Murphy de los viajes). 

Lo que voy a contar es un poco más profundo y más deprimente. Viajar a Japón es viajar a una cultura mucho más civilizada que la nuestra. Sin más. 

Lo desarrollo. 

Es evidente que Japón tiene sus cosas: 16 suicidios cada 100.000 habitantes por año contra los 8,14 de España, hasta junio 2023 la edad del sexo consentido eran los.... 13 años!!! etc... Todas las culturas tienen sus defectos y sus lados oscuros y Dios me libre de idealizar nada a mi edad. 

Pero me niego a pensar que ninguno de los defectos (en especial los sucidios) tienen que ver con las virtudes que me han enamorado (y por lo que ha hablado a la vuelta con amigos que han estado en Japón, a ellos también)

Vayamos con ellas: 

1. Limpieza en las calles.

Hablo de lo que he visto pero en especial Tokio y Kyoto (Osaka ya no es tan perfecta). Es una limpieza relativa. ¿Qué quiero decir? Pues por ejemplo que vimos algunas zonas con deshechos de obra o colchones viejos que tenían pinta de llevar semanas (al menos) o que hay arbustos que en España arrancaríamos, seguramente de forma errónea. Pero me parecen cosas menores. 

Empezaremos por quitar una excusa que utilizamos aquí, algo que me impactó cuando lo comparas con Barcelona. NO HAY PAPELERAS casi y no hay containers de basura.  

Compras una botella de agua en una máquina de vending (las hay por docenas y con precios lógicos) y tienes que esperar a ver otra para tirarla. Pero papeleras, no hay. Y ni un papel en la calle, ni una botella extraviada. Casi todo el mundo lleva bolso o mochila: si te la acabas, a la mochila y ya la tirarás. 

Tiene esto que ver con un concepto de responsabilidad individual. Tú eres el responsable de tu basura: no el estado, Colldeboni o el alcalde de turno. La basura que produces es tuya y es tu responsabilidad que acabe en el sitio correcto.

En España la suciedad empieza por la gente: desde los papeles,a las colillas, las meadas de los perros (lo de que los dueños lleven agua y la echen encima ya es algo casi heroíco), las pipas o las bolsas de plástico. Y la solución, que limpie más el ayuntamiento (que tampoco estaría mal dada nuestra falta de educación).

Mención aparte merecen los grafitis que es una fijación que tengo desde hace años. En el caso de Japón por su ausencia,  que me parece un paradigma de lo que pasa en nuestra sociedad y en la suya. 

La RAE los define como "Firma, texto o composición pictórica realizados generalmente sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente" . Yo lo traduzo: el 99% son gamberros con pinturas que ensucian paredes, En Barcelona no hay persiana que se resista. Ni arte urbano ni tonterías. 

Os pongo un ejemplo (y no de los peores ni mucho menos) de un parking para que opinéis del supuesto arte urbano y una de Tokio.

Barcelona

Con cero grafitis. Las ciudades, de entrada, son otras.

Tokio 

2. Seguridad (y sensación de seguridad que a veces no es lo mismo) 

Ni pasando por zonas claramente pobres por debajo de un puente (la típico imagen que si ves en una peli sabes que hay alguien con una motosierra al otro lado del puente, disfrazado de payaso, que te va a descuartizar) hemos tenido la más mínima sensación de peligro. 

Datos de 2022: 600.000 delitos en Japón y 1.000.000 en España (Japón tiene más del doble de población) 

Si ves que dejan las bicis sin atar por la calle es que algo funciona en ese país. O que la gente no coge el dinero (las monedas de los donativos en algunos templos están a la vista y sólo hay que alargar la mano). O que dejan el calzado sin vigilancia a la hora de entrar en los templos. ¿Os imagináis en cualquier gran ciudad española estas cosas? Yo sí: ni una moneda en el templo, la bici te duraba un día y volvias descalzo a casa. 

Y no hace falta que sean exconvictos: las monedas en el templo se las llevaría cualquiera pensando que es un pillo... el país del Lazarillo de Tormes



La forma de conseguir esta proeza es la educación. El sistema penal japonés es tan curioso como el país. El 99.9% de los juicios (true story) acaban con sentencias inculpatorias pero que raramente llevan a la cárcel. Los juicios en Japón se basan más en el arrepentimiento del delincuente y la afirmación de que no volverá a suceder que en el castigo. 

Por si fuera poco la inmensa mayoría de los delitos se resuelven lo que ayuda a hacer creer a la población que delinquir es una mala idea... 

3. Educación 

Me refiero a esa palabra un poco viejuna, lo que antes se llamaba civismo. 

Son silenciosos, molestar a los demás importa, no como en nuestra sociedad. Si vas en en el metro o en el autobús no incomodan a nadie. Leen, miran el móvil, van a la suya pero se preocupan de los demás. 

Pondré un ejemplo de lo que son ellos y lo que somos nosotros: no he visto ni una sola persona (he comido y cenado fuera los 14 días, he cogido trenes y metros por decenas) escuchando algo en el móvil sin auriculares. En Barcelona es casi la norma que dos personas se pongan a ver un video juntos (volumen a tope) o que al niño de turno le pongan La patrulla canina para que no moleste a los padres que cenan aunque molesten al resto del restaurante o a la sala de espera. 

Nadie habla por el móvil en el tren. No cruzan en rojo aunque no venga un coche en un kilómetro. 

Las actitudes poco cívicas que hemos visto, como intentar colarse en una cola en la que la gente aguardaba para hacerse una foto en el mejor sitio de postureo, han sido de turistas españoles. Seguro que han pensado que eran unos listillos. Vergonzoso. 

Con los turistas son muy atentos. A pesar de que su nivel de inglés es sorprendentemente bajo, se desviven por atenderte, siempre te dan indicaciones y te ayudan si ven que estás perdido. 

Es verdad que el turismo no se ha masificado como en Barcelona o en París y no deben estar cansados de tanto turista pero en Nara (el pueblo famoso por los ciervos) hay mucho guiri y te atienden con un 100% de amabilidad. 

Igual que las famosísimas puertas torii, rojo anaranjadas, que habría que inventarlas si no existieran por lo fotogénicas que son, el saludo japonés, agachando leve y brevemente la cabeza para dar las gracias es una maravilla. Si la camarera te trae agua en un restaurante haces ese gesto y ya le estás agradeciendo el servicio. Es cómodo y es agradable que con cualquier persona que interactues acabes dando unas sencilas gracias lo que no deja de ser una sucesión de "buenas vibraciones". 

Un viaje increíble que hubiera alargado una semana más (al menos) pero que me deja esa sensación angridulce de volver de una sociedad más avanzada a una especie de "jungla" en la que el respeto y el amor al prójimo y a los bienes comunes han dejado de ser valores que cuenten. 












domingo, 16 de julio de 2023

Tracy Flick nunca gana. Tom Perrotta. 2023



No había leído nada de Tom Perrotta (1961, New Jersey) 

Elegí el libro porla sinopsis que me pareció discretamente original y por las críticas al autor (me encanta la ironía y los toques satíricos que se le atribuyen). Para los adictos a las series es el autor de The leftlovers (que no he visto...) 


Sin más información compré Tracy Flick nunca gana.


SINOPSIS del libro


Tracy Flick es la esforzada subdirectora de un instituto público en una tranquila y pequeña ciudad de Nueva Jersey. A sus cuarenta años, lleva una vida apacible y, aunque su ambición es menor que en su juventud, cuando surge la oportunidad de convertirse en la próxima directora del centro, Tracy lo tiene claro: ha llegado el momento de demostrar lo que vale. Pero las cosas se complican al entrar a formar parte del comité de selección para el recién estrenado Salón de la Fama del instituto. El empeño de sus compañeros en homenajear a Vito Falcone, un mediocre quarterback de dudosa reputación, la sitúa en una posición comprometida.


Para empezar: la sinopsis no hace honor al libro y Vito Falcone no es más que un secundario como hay muchos, no "el secundario". 


Puntos a favor.


Estoy de acuerdo con los críticos en que utiliza una prosa sencilla pero efectiva: las páginas pasan rápidamente sin mucha dificultad y con cierto interés. Ayuda que los capítulos sean cortos (o muy cortos o incluso muy muy cortos)


La mayoría de capítulos están escritos en primera persona pero desde diferentes personajes: esa forma de narrar me ha parecido original y creo que ayuda a la fluidez de la novela aunque haya momentos en que uno puede perderse con tantos personajes siendo la voz narradora. 


La protagonista es intersante (Tracy Flick), está bien dibujada pero me quedo con ganas de saber más de ella, de sus opiniones, de su forma de actuar y de sus motivaciones. Como en casi todo el libro, con ganas de más.


La trama está bien llevada pero no tiene una originalidad especial.


Puntos en contra.


El principal punto negativo es que creo que toca muchos temas pero no profundiza en ninguno. Aborda (entre otros) el problema de la homosexualidad y la dificultad para salir del armario en la América rural, la del éxito del adolescente que no continúa en la edad adulta pesar de una gran promesa, el de la infidelidad vista desde diferentes puntos de vista, el fracaso (merecido o no) en cualquier edad de la vida, la amistad entre mujeres o la falta de valores de referencia para los chicos de hoy en día…


Creo que como mínimo debería haberse centrado en alguno de estos temas y profundizar en ellos. No lo hace y me parece una pena porque el libro hubiera ganado mucho.


Lo mismo me pasa con los personajes secundarios, que parecen interesantes pero se quedan en "parecer interesantes" No entra a fondo en ninguno de ellos, ni en el famosísimo Vito. 


Conclusión 


Libro agradable de leer, sencillo y ágil, pero que creo que falla en llegar a una mínima profundidad de varios temas interesantes por los que solo se desliza sin tomar parte. 
PD: no vi el sarcasmo por ningún lado...


NOTA 6/10


Libro que me ha recordado: J.K. Rowling  Una vacante imprevista


¿Volveré a leer algo de Perrotta?: sí. 


Os dejo el link por si alguien se anima a leerlo:  Tracy Flick nunca gana


Y, como siempre, para despedirme, los links de mis libros!!!