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sábado, 28 de julio de 2018

Juana Rivas y los taxis.

El tiempo de veraneo debería ser para descansar del todo, incluidos (o especialmente) los malos rollos, pero, seguramente porque no hay fútbol y los políticos suelen estar de vacaciones (este año menos) siempre solemos tener un culebrón que nos distrae. Si además es polémico, nos ponemos de mala leche y nos enfrentamos unos a otros a la hora del helado, miel sobre hojuelas. 


Empezando de menos a más polémico 

La huelga de los taxis: 

La verdad es que poca pena me daban y menos aún después de lo de ayer. Un colectivo que es como los niños de aquella gran película de Almenávar, “Los otros”, están muertos y no lo saben. En cinco (o menos) años tendremos aquí el coche autónomo y se irán todos al paro. Supongo que durante un tiempo quemarán coches autónomos, nos cerrarán calles por derecho divino y buscarán leyes proteccionistas que Colau redactará hasta que sean declaradas ilegales por instancias superiores. 

Y se irán a la calle como me iré yo por la IA (inteligencia artificial) en 15 ó 20 años, cuando la gente prefiera un ordenador que te lea los análisis antes que un médico. Supongo que nadie entenderá que me dedique  a destrozar los ordenadores del hospital para matar al maligno Hardware o a su amigo el peligroso software.

El taxi es, hasta donde yo se, un Servicio Público solo apto para ricos. De casa al aeropuerto 30 euritos de nada. Las comodidades para el pasajero, que deberían ser su objetivo, suelen ir por detrás de sus gustos musicales, las ganas que tengan de darte conversación o de sus preferencias políticas (el taxista con la COPE en Madrid es tan clásico como el bocata de calamares) Son alérgicos a los avances tecnológicos tan rompedores como “pagar con tarjeta” y si pagas con 50 euros resoplan. Los datáfonos siempre están estropeados o sin cobertura, cosa que nunca pasa en los restaurants o tiendas. Inquietante… 

Como buen motorista siempre había considerado a los taxistas como mis cariñosos archienemigos. Hoy más. 


Juana Rivas: 

Nuestra querida Juana va a volver a todos los platós de España a pasear la perfidia de la vida. No entraré a discutir el caso. Me aburre la discusión que generan las frases sin matices que genera el caso. 

Simplemente, como hombre, quiero mostrar una terrible preocupación. 


Hemos perdido hace tiempo el discurso que, poco a poco, han impuestos los colectivos de mujeres de ideología extrema (no voy a poner hembristas o feminazis porque cada día leo artículos diciendo que eso no existe y que quien diga lo contrario es un machirulo) amparados en la poca valentía de los políticos que suponen que ganan votos diciéndoles que sí a todo. 

En el caso de Juana Rivas, excepto para el juez, solo tiene importancia lo que ella diga, solo valen  sus derechos y solo ella es madre de sus hijos.  El padre, poco menos que pasaba por ahí. Tras el montaje veraniego del año pasado en el que decidió que la justicia no iba con ella le llega una sentencia dura. Unos pensarán que merecida, otros que no. Ley de vida. 

Porque en estos temas tan emocionales, a los que nos ha tocado vivir como padres que queríamos la custodia compartida y hemos visto como se nos trata desde la justicia (como seres con menos derechos que las madres, en contra de lo que dice la Constitución Española) y, además hemos visto casos cercanos de incumplimientos siemáticos de regímenes de visita en nuestro entorno sin consecuencias, o las mujeres que han sido víctimas de la violencia de género y no han recibido la ayuda necesaria, no nos pondrán de acuerdo porque cada uno recuerda sus casos, extrapola y generaliza.

En el caso de Juana unas pondrán el acento en la etiqueta de maltratador y otros pondremos por encima de todo el derecho del padre a ver a sus hijos. 


Muchas mujeres han sufrido por un lado, muchos hombres lo han hecho por el otro. Comparar el dolor de un lado y otro es absurdo, así como negar que una parte padezca. 

¿Hay que dejar de perseguir las violaciones a adultos porque la pederastia es peor? ¿Hay que dejar de perseguir los homicidios porque no llegan al nivel de crueldad de los asesinatos? ¿Hay que encogerse de hombros cuando a alguien le roban el móvil porque es peor que te desvalijen la casa? Pues esto se hace con la maravillosa palabra de moda en el caso de hombre y mujeres. Hay que mirarlo todo con “perspectiva de género”. 

La “perspectiva de género” que se está imponiendo y que, sin duda, sobre todo si gobierna la izquierda, se acentuará, se basa en una gran mentira: los hombres son malos y las mujeres buenas, los hombres mienten y las mujeres no. Siempre. 


Si una mujer como Juana decide que su exmarido es peligroso para sus hijos (en contra de lo que dicen los psicólogos, el padre, varios jueces) tiene todo el derecho de protegerlos como quiera rollo madre coraje. Si le pilla la justicia y la condenan, indulto. Genial. 

En este caso el gobierno ya ha dicho que la indultará ¡sin que hayan pasado 24 horas! Juana tiene el listón muy alto con la espeluznante María Salmerón a la que ya dediqué un post, indultada repetidamente. 

Quiero dedicar el post, como hago en estos casos, a las que acabarán de leerlo y crean que soy un machista o justifico la violencia de género. Qué lo relean y digan una sola raya en los que se diga que los hombres son más que las mujeres o que justifique la más mínima violencia. 

Me vuelvo a la pisicina…