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domingo, 7 de septiembre de 2025

María Pombo: entre el elitismo lector y la apología de la incultura.

María Pombo dice que leer no es importante, así que si quieres cerrar el post, tienes una defensora. 

Conozco el personaje desde hace años. De forma tangencial. Por una pareja que la seguía y a la que le parecía interesante y por alguna noticia que leo en las redes. A mí me da pereza. 



Para los que no la conozcáis, una pincelada: guapa y rica, tiene una esclerosis múltiple (relevante porque ella centra parte de su contenido en su enfermedad) y habla de lo que le viene en gana. Todo muy "somos fantásticos", incluso con sus problemas (la esclerosis) y sus debilidades. De estos instagramers que te hacen pensar que eres un desgraciado por un simple proceso comparativo. 

La polémica, algo que le conviene porque aquí estamos muchos debatiendo sobre ella y no del tiempo, vino porque habló de la lectura como quien habla de jugar a las damas. 

Empieza bien cuando dice algo en lo que yo, siendo lector y escritor, estoy de acuerdo. A veces, los grupos de lectores o los lectores extremos se creen que son una élite que habla de los desgraciados que son los no lectores. Como si fueran parias a los que habría que eliminar de la faz de la tierra porque no leen. Y, en eso, no puedo estar de acuerdo. Esta forma de sentirse superiores me parece vacía de contenido, absurda, inútil y sin sentido. Un desprecio gratuito hacia el que no lee. 

Todos los grupos que están unidos por una afición, una cualidad o una habilidad lo tienen: desde los "gymbro" pasando por los artistas, los guapos o los listos. Los que somos aficionados a Bruce Springsteen no entendemos que a alguien le parezca un pesado. Y así les pasa a todos los que tienen una pasión, que no comprenden que no la comparta todo el universo. 

Lo mismo de la ortografía. Si alguien pone "Haber si quedamos", pues lo ha puesto. ¡Qué le haremos! Es posible que en este texto falte una tilde por descuido o por ignorancia. Pido disculpas. 

1-0 para María. 

Pero luego María Pombo se desvía. Mucho. 

Una cosa es que no pase nada por no leer (no son idiotas, no hay que expulsarlos de la sociedad) y otra que afirme que da lo mismo leer que no leer. Como si fuera igual expresarse de forma fluida o torpemente. Como si fuera igual tener una buena educación o una mala. Pues no, María, no. No es que lo diga yo, es que lo dicen múltiples estudios. En múltiples áreas. Mejora la estimulación cerebral; ayuda a concentrarse algo de lo que, en la época de las redes sociales, vamos justitos; expande tu vocabulario; enriquece la conversación en fondo y forma; proporciona  capacidad para desarrollar pensamiento crítico y paralelo... 

Lo acaba de arreglar cuando dice que le gustan los libros de interiorismo, que es algo que le apasiona. Le faltó decir que, además de las fotos, también lee los pies de fotos. Como los hombres de los años ochenta con Interviú. 

La sociedad, en parte gracias a estos instagramers que tienen un punto fuerte (en su caso, moda y estilo de vida) pero opinan de todo, ha conseguido que se cree una apología de ciertas características de las personas que son negativas, intentando blanquearlas hasta que se consideren aptitudes. 

El sobrepeso y la obesidad son malos. No es una cuestión estética. Disminuye la calidad y la esperanza de vida. En Estados Unidos, que siempre nos llevan ventaja en todo, también en la estupidez, en la consulta médica si acude alguien con obesidad les tienen que preguntar algo así como "¿estaría usted confortable si abordáramos el tema de su peso?"

No hacer deporte es negativo. No hace falta hacer triatlones pero practicar deporte de forma moderada tres o cuatro veces por semana es vital para tener una vida larga y de calidad. Hecho incontestable. 

Un preámbulo: cada trayectoria vital es diferente. 

Yo he tenido la suerte de tener una buena educación (colegio concertado de calidad, universidad)  y un buen entorno lector. Recuerdo estar suscritos al Círculo de lectores cuando no había un duro en casa y las librerías repletas. Y sí, mi padre leía Zane Grey (novelas del oeste) y no mucho más. También la calidad de la lectura importa. Pero mejor una novela de tiritos que nada. Mi madre, cualquier tipo de libro. 

Leí hace unos meses, no recuerdo a quién, que una diferencia de la sociedad actual con la de hace veinte años es que ahora ser inculto cotiza al alta. No solo no avergüenza si no que la gente se ríe. Esas entrevistas a la gente joven en que les pregunta por la capital de Francia y dicen cualquier salvajada, pero se descojonan. Porque consideran que no sirve de nada. Que es una idiotez de "boomers". Les da igual saber que no saber. A mí me preguntan la capital de Bosnia y no me acuerdo o la fallo y estoy avergonzado toda la semana... 

Estoy con la instagramer, no hay que ser cruel con nadie. Tampoco por no leer . Que nadie los mire por encima del hombro. Pero María, por favor, desde el poder que te da que te sigan tres millones de personas, deja de hacer apología de la incultura. Y, ya puestos, te recomiendo que leas Fahrenheit 451.

Y si quieres, te hago llegar cualquiera de mis cuatro libros, que tus tres millones de seguidores me irían que ni pintados... 

A los que leéis, os dejo los enlaces aquí para que no perdáis tiempo googleando... 


Lo que sucedió tras la muerte de mi madre
 



Tres caminos 


Una historia casi real


Mi primer amor era una bruja