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sábado, 7 de febrero de 2015

La empatía "social" (con la sociedad)

"Empatía social" es un concepto que me acabo de inventar así que no lo busquéis en google o wikipedia porque os hablará de la empatía de toda la vida. Este concepto es mío. Y como es mío significa lo que a mi me da la gana. Avisados.


Lo defino. Empatía social "capacidad de sentir y hacer lo que es positivo para la sociedad en cada momento, generalmente a costa de pequeños esfuerzos"

Si poseer empatía personal es complicado (al parecer yo voy escaso) aún lo es más la empatía social. En los años que llevo reflexionando sobre el tema, siendo como soy un estudioso de la raza humana, he descubierto que muchas personas empáticas en el vis a vis no tienen ni pizca de esa empatía social.

He de reconocer que hay personas que lo  bordan cuando hay una desgracia ajena. La utilización que hacen de una serie de vocablos bien estructurados y con una gran fuerza emotiva deja muy claro lo empáticas que son (o parecen) Es una capacidad que no tengo y me enajena. Quizás es que pasando del "que putada", se me ocurren pocas cosas en los funerales, y si se me ocurren me parecen ridículas.

El concepto empatía social incluye en muchas ocasiones lo que se ha considerado de toda la vida "urbanidad y buena educación"

Ejemplos de empatía social:


1) El reciclaje. 

Es fácil y nuestros hijos lo llevarán mucho mejor que nosotros porque ya han nacido en la cultura del reciclaje. El reciclaje es una actitud individual poco costosa que desemboca en una ganancia colectiva sin que veamos un retorno inmediato. Aquí haré un pequeño homenaje al "germanet Lloyd" un jesuita que fue un pionero del reciclaje y nos hacía trabajar en plástica 100% con material reciclado (hablo de 1980 aproximadamente...)

Pues bien, que levanten la mano cuántas personas no reciclan, o reciclan lo justo con excusas como "no me lo ponen fácil"·, "tengo el piso pequeño", etc... 

2) En el hospital o en el ambulatorio. 

En gran parte extrapolable a todos los trabajadores que consumen recursos públicos pero me centro en lo que conozco.  Los médicos en general, pero en particular los que trabajan en el ámbito público y hospitalario somos (son) bastante insensibles en lo que su trabajo puede ayudar o perjudicar a la sociedad. No al paciente que tienen delante con el que la mayoría intentan ser empáticos pero sí con la sociedad. 

Día tras día nuestras decisiones provocan importantes "efectos secundarios" económicos y sociales.

El no altar a un paciente porque "nos da pena el abuelo, está solo en su casa" sin pensar en el anciano que se quedará en urgencias haciendo potro, como si por altarlo al día siguiente fuera a estar rodeado de sus 3 hijos.

En el reverso de la misma moneda todas las familias que intentan prolongar su estancia hospitalaria de forma injustificada médicamente que tampoco piensan que por su actitud otro anciano, mas enfermo que ellos, dormirá en una camilla tirado en un pasillo. 

Otra moneda con sus dos caras y los mismos protagonistas, como ya comenté en otro post. La utilización injustificada de recursos sanitarios. Unos por pedirlos desde la ignorancia y el egocentrismo y los otros por ceder por comodidad y medicina defensiva. Eso cuesta dinero, mucho dinero. 

Nadie ha educado al colectivo médico (en especial) o a enfermería en un concepto economicista de la medicina. Hacer buena medicina es dar la mejor solución, pero también la más barata, la más sostenible para la sociedad. ¿Sabemos lo que cuesta un antibiótico endovenoso? ¿Nos planteamos el recetar a igual efectividad la opción más barata? ¿Conocemos el coste de una ecografía, de marcar las analíticas con millones de crucecitas casi sin mirar? Ya me contesto yo... NO. 

Es un problema que se soluciona con educación, no con "objetivos" como se hace en los CAPs.

Porque el dinero sale de nuestros impuestos y si lo malgastamos en fármacos caros o exigiéndole al médico una analítica cada 3 meses o un TAC "porque estoy preocupado" no nos llegará para otros gastos más necesarios. Y lo mismo si somos "de mutua" porque luego nos quejaremos cuando nos suban las cuotas mensuales. 

¿Por qué es tan fácil este tipo de egoísmo? Porque es un prójimo no visible, porque siempre le podemos echar la culpa a otro, sea a la administración por no construir más hospitales, sea a la industria farmacéutica por el precio abusivo del medicamento, y nos iremos a dormir sin ningún cargo de conciencia.

Podríamos poner otros muchos ejemplos parecidos que dan un mayor o menor beneficio a la sociedad exigiendo un sacrificio variable. Recoger la porquería en la playa, consumir menos agua en la ducha, poner la calefacción o el aire a la temperatura justa, ir en transporte público al trabajo (más incómodo pero más sostenible) o pagar nuestros impuestos religiosamente (ver post "todos somos unos chorizos)


Pero lo mejor es lo que sucede cuando a alguien le recriminas que lo que está haciendo es negativo para la sociedad. Al afearles el retrasar un alta, pautar un tratamiento caro innecesariamente o no reciclar simplemente se encogen de hombros. "No se puede ser empático para todo" Traducido: me importa un pito.

Que nadie crea que estoy levitando pensando que soy mejor que nadie. Seguro que con mi "empatía social" no equilibro mi falta de empatía "personal", pero me gusta pensar que, sabiendo que puedo mejorar en este aspecto, lo haré.

















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