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lunes, 16 de mayo de 2016

El hombre canalla.

Estaba escribiendo un egocéntrico post sobre la imagen que proyecto a través de mis blog (ya lo acabaré) y, tras una profunda reflexión, he visto la luz: a las mujeres les gustan los hombres canallas.


Definición de "canalla" por la RAE:  "Que es despreciable por su comportamiento vil" 



Mi hijo tiene 15 años, una edad que me inhabilita para darle consejos sobre como ligar, pero éste es uno que habría que regalarle. Sé un poco/bastante canalla. Y si no lo eres, parécelo. Esperaré unos años porque si no, con la adolescencia, se le puede ir la mano y pasar de hombre canalla a auténtico cabronazo de primera división. 

En este mundo actual es tan importante lo que eres como lo que proyectas, así que si, desgraciadamente, eres un buen tío (I'm sorry man) disfrázate de canalla en las redes sociales o crea alguna duda con tus actos públicos. 

Si trabajas en un hospital como yo lo tienes fácil. Aunque seas un caballero y después de cena de servicio y noche de disco acompañes a una chica medio bebida (o bebida del todo) y la dejes a salvo en la puerta de su casa, en el imaginario global la cosa ha acabado, sin ninguna duda, retozando entre sus sábanas, mezclando el olor del alcohol con el del sudor. 

Y no hay forma de desmentirlo porque ellos ya han llegado a esa conclusión. Si te preguntan  es inevitable que se te escape una sonrisilla mientras dices que no, que no pasó nada, lo que solo hace que confirmar una noche loca de sexo. Punto para mí para la clasificación de hombre canalla. Yupi. 

Perfecto, mi fama de hombre canalla sigue creciendo pero aquí nos tendríamos que hacer la pregunta de si realmente esto les pone a las chicas. La respuesta es SÍ, sin duda.


No hay nada que aburra más a las mujeres que los buenos tíos. Son lo peor. Son un auténtico coñazo. 

Hace poco hablaba con una amiga, deshecha tras una ruptura y lo mejor que me dijo de su ex es que era un buen tío. Aixxxxxxxx. Ella lo decía como un piropo pero en el fondo era su condena de muerte. Muerte segura sin pasar por el corredor antes de la ejecución. 

Huid de esa imagen. Huid como de la peste. A mi me cuesta porque mi naturaleza es la de ser un auténtico trozo de pan,  pero me esfuerzo día a día, todo sea por mis futuras relaciones. Espero que se me valore. 

Con mi última pareja mi principal error fue ese: fui demasiado bueno, un error habitual cuando se quiere a una mujer, pero en el que no volveré a caer. Seré lo que soy, un buenazo, pero lo rodearé de una justa atmósfera de canallismo, lo necesario para que no pierda el interés. 

Si tenéis dudas de donde está el fiel de la balanza poned más peso en el platillo de "ser canalla" que en el de "ser buen tío". Las mujeres se os acercarán más aunque las historias que les hayan contado de vosotros incluyan unos cuantos cuernos y una fama de mujeriego nivel "premium". Siempre tendrán esa percepción de pueden cambiarte y hacer de ti  un hombre de bien. Ya se sabe que los hombres se casan pensando que la mujer no cambiará y las mujeres pensando que el hombre cambiará. Ambos se equivocan. 

No quiero acabar este post sin homenajear  a todas esas personas que hacen más fácil que todos los buenos tíos tengamos ese maravilloso perfume canalla difundiendo todo tipo de patrañas por los lugares de trabajo  de la geografía catalana, española (y europea?), todos aquellos que disfrutan más en las post-cenas explicando imaginarias escenas de sexo y perversión que conociendo en las salidas a sus compañeros de trabajo o a sus amigos, a todos aquellos que reproducen cualquier tipo de rumor aunque incluya la aparición de unicornios o otros personajes de ficción dándoles un certificado de autenticidad fuera de toda duda. Parafraseando al gran filósofo Piqué, con vosotros empezó todo.

Y os dejo una canción de Bruce sobre el tema aprovechando el tirón de la conciertazo de ayer.

"It´s hard to be a saint in the city" 






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