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domingo, 3 de mayo de 2015

Las mujeres que amaban a sus mascotas (más que a mí)


Las mujeres que amaban a sus mascotas (más que a mí)

Uno de los consejos que tengo en la lista de "pendientes" para regalar a mis hijos es que en la vida hay que aprender a pelear solo las batallas que puedas ganar. En algunas vencerás, en otras no... pero nunca entres en una guerra que sepas que vas a perder de antemano.

Ésta es una de ellas. Nunca pongas a una mujer con mascota en el dilema: "la mascota (perro, gato o conejo) o yo". Porque ya puedes ir haciendo las maletas.

Pues sí.... hay mujeres (varias) que amaban a sus mascotas más que a mí. La verdad es que tampoco he salido con tantas "dueñas de mascotas" pero tengo un porcentaje del 100%. 

Hace un par de días alté a un paciente del hospital con el diagnóstico de asma. Lo derivé a los neumólogos y la mujer me explicó que tenía "gatos".  Cuando le puse cara de "ya veremos" y le dije que habría que hacer "pruebas de alergia" contestó muy convencida: "los gatos no se tocan que son muy mayores y, además, cuando se mueran, pienso comprarme otros". Fantástico. Los animales sobre la salud de los humanos. Pero es que además te mira con cara de "está loco, si hay pastillas para eso de la alergia" 


Que conste que yo también he caído. Les compré a mis hijos un gato y poco a poco fui rememorando mis años de niño con la reaparición de asma, primero de esfuerzo y luego nocturno. Me hice las pruebas (alergia al pelo de gato), se lo expliqué a mis hijos y devolvimos el gato. Lo entendieron sin problemas. Mala suerte, pero, llamadme raro, creo que mi salud (o la de mis hijos, la de mi pareja o la de mi paciente) van por delante de tener mascota. Y eso que cada vez era, como decirlo... más humano.  
Pero no. Un número no desdeñables de mujeres tienen a su mascota en la parte más alta de sus preferencias, claramente por encima de sus parejas y me temo que de sus hijos. Y no estoy hablando de la vieja loca de los Simpson. Ellas están entre nosotros y tienen apariencia de personas normales, diríamos que lo son excepto cuando escarbas entre las cajas de Whiskas o Dog Chow. 

Al plantearles la cuestión de "¿si hubiera un incendio a quién salvarías antes?" inicialmente intentarán despistar tildándote de "infantil". Yo respondería sin dudar, no ya entre mi pareja y un perro, si no entre un humano y un animal. Pero ellas dudan (siendo generosos). 

Pero yo insisto tirando de lo que he aprendido de todas las mujeres que he conocido, que ya sabemos que tienen unas tácticas de batalla insuperables.
- ¿Si hubiera un tsunami y estuvieras cogida a una rama y viniéramos la gata/perro y yo.... a quién salvarías? 
- "al perro/gato porque tú sabes nadar"
- ya, pero es que yo tengo los dos brazos rotos... Elige. 
- Fer, no seas ridículo!!!!

Pero son incapaces de decirme que me salvarían a mí. Es lo que hay.

Eligen al gato/perro/conejo/tortuga. 



Alguna vez he llegado a conseguir que profundicen en el por qué eligen a la mascota, siempre después de recibir una contrapregunta, de aquellas que en su cabeza deben sonar mejor que cuando la verbalizan. 

- ¿A quién elegirías antes, a tus hijos o a mi?

Casi no dejo ni que acaben la pregunta. Por si alguien duda, a mis hijos. Contesto y hago, una vez más, una pequeña pausa dramática intentando levantar la ceja (no me sale pero el esfuerzo da a mi cara esa imagen de "en serio???"), para que vean lo absurda que ha sido su pregunta.  Pero para ellas en el fondo no lo es. Están tan orgullosas cuando "hacen sus "necesidades donde toca" como lo estaré yo el día que mis hijos se saquen un título universitario.

Los motivos de que prefieran al animal son dos según explican: 

- El primero: la responsabilidad. La mascota es su responsabilidad, como un hijo, y yo ya soy mayorcito para cuidarme solo. Si ellas fallan , la mascota moriría. Un argumento que me parece débil pero para ellas es inapelable. Es una relación materno-filial en toda regla. 1-0 para la mascota. 

- El segundo es que la mascota es su "fan" incondicional. Al parecer cuando llegan a casa la alegría de la mascota es mucho mayor que la mía. Saltan, mueven la cola, les babean, les arañan... y eso les gusta. No intentéis hacer vosotros lo mismo porque ya os aviso que no da resultado. Si las babas vienen de vuestra parte no les gusta. Un misterio. Qué injusticia. 2-0 y final de partido.



Así que, si la queréis, aceptadlo con estoicismo y ataraxia, que son las únicas cualidades que ayudan a un hombre en una relación amorosa.

Haced lo que yo hice siempre, seguid amándolas con locura y luchad por ser el primer humano de su corazón, que tampoco está tan mal.

Porque en el fondo alguien que puede querer tanto a un ser tan primitivo y bobo como un gato o un perro es posible que también lo pueda hacer conmigo que comparto esas cualidades.

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